Igual que los adultos, los más pequeños de la casa también acusan nerviosismo y cierta tensión al comienzo de un nuevo ciclo escolar. El verano es largo para los niños y todos sus hábitos se ven considerablemente alterados; es esencial que la familia se prepare para el cambio y para recuperar las rutinas, la disciplina y la normalidad en la vida diaria.
Prepara a tus hijos
Regresar a las aulas es un gran cambio: toca madrugar otra vez, vuelven los estudios, los horarios, las actividades extraescolares y las responsabilidades tanto para los niños, que se enfrentan a un nuevo curso, como para los padres, que tienen el cometido de hacer un seguimiento del progreso de sus hijos.
Habla con ellos
La comunicación es fundamental para mentalizar a los niños y sembrar el terreno de cara a lo que va a suceder. Cuéntales cómo os vais a organizar, disponed previamente el material escolar, haced el cambio de armario juntos, restablece los horarios de sueño al menos una semana antes y también el ritmo en las comidas para que la transición sea apacible.
Esto es extrapolable a los padres, que sin duda se beneficiarán de recobrar el orden.
No te saltes el desayuno
Esta recomendación va expresamente dirigida a los adultos.
Nos preocupamos mucho de que los niños coman bien antes de ir al colegio y, sin embargo, muchos padres se saltan continuamente su propio desayuno o comen de forma anecdótica.
Los pequeños aprenden a través del ejemplo, así que predica lo que pretendes enseñar creando tiempo para un buen desayuno en familia.
Asegúrate de que, igual que ellos, tú también tomas fruta y alimentos nutritivos para comenzar el día lleno de energía y no pasarte la mañana a base de cafés y con sensación de cansancio. Además, este puede ser uno de los momentos más agradables del día y te irás a trabajar de buen humor.
Proponerse nuevas metas
Motiva a tus hijos ayudándoles a establecer nuevos propósitos durante el curso. Podéis crear una agenda de “pequeñas metas alcanzables” trimestre a trimestre, nada que les agobie sino que sea más bien estimulante y les ayude a mejorar desde la diversión, fomentando la responsabilidad y la autonomía.
Al final del trimestre es bueno celebrar los logros alcanzados para hacer un refuerzo positivo.
A la cama a la hora
Los niños necesitan dormir más horas que los adultos y esto cambia según la etapa. En base a ello, es fundamental restablecer enseguida las pautas de sueño adecuadas para que la vuelta al cole no resulte agotadora (para todos). Puedes reforzarlo con actividades deportivas que también les devuelven el equilibrio y les ayuda a hacer un gasto óptimo de energía física, garantizando que caigan en la cama en cuanto oscurezca.
En paralelo, los padres ganan unas horas al día para dedicarlas a temas del hogar, a relajarse, a leer, a la pareja y reordenan también sus ciclos de sueño.
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