RRHH Digital La Unión Sindical Obrera, USO, denuncia públicamente la situación de bloqueo e inacción del Gobierno de Marino Rajoy que ha confirmado en su comparecencia ante los medios de comunicación,al afirmar que no hay cambio de política económica posible, avalar la gestión de su equipo de Gobierno y pedir paciencia a los ciudadanos. La USO denuncia la actitud de un presidente del Gobierno que, frente al criterio general de instituciones supranacionales, prestigiosos analistas económicos tanto españoles como internacionales, sociedad civil a través de distintas organizaciones, interlocutores sociales y en general, una mayoría social, de estimular el crecimiento, permanece atrincherado en el inmovilismo liquidador de la austeridad y sin una sola idea razonable sobre cómo sacar a España del pozo del 27,16% de desempleo constatado en la última EPA correspondiente al primer trimestre de 2013.
Ni un atisbo de autocrítica, ni una sola medida de estímulo. Frente a esta actitud intolerable, la USO, consciente de la situación de “emergencia nacional” como consecuencia de unas tasas de ocupación inaceptables, propone que, con carácter inmediato, se ponga freno y marcha atrás a las políticas de austeridad a ultranza, se plante cara a la dictadura de los mercados y a aquellos interlocutores que en Europa lideran esta corriente de pensamiento para beneficio propio.
La USO propone que se destine un 1,5% del PIB con carácter inmediato a planes de estímulo de la economía centrados en la generación de empleo. La causa principal del desequilibrio del déficit, de la deuda pública y del desplome de los ingresos fiscales, no está en que hayamos vivido “por encima de nuestras posibilidades”, sino bien al contrario, en la aplicación de recortes generalizados que han ocasionado el deterioro global de la economía, la destrucción de una cifra apabullante de empleos, el desplome de la confianza primero y de la demanda interna después y por ende, el hundimiento de la recaudación fiscal.
La USO considera pertinente insistir una vez más en la necesidad de que Europa acelere el ritmo de adopción de medidas tendentes a la unidad fiscal y bancaria.
En el discurso del Gobierno tanto el pasado viernes como el domingo, no hay ni un atisbo de cambio, tan solo un brindis al sol en forma de “vamos a darle la vuelta a nuestras propias predicciones” como si de un acto de fe se tratara. El nuevo cuadro macroeconómico presentado por el gobierno con mayor déficit del previsto inicialmente para este año abre una serie de incógnitas no aclaradas, tales como, ¿va a haber desplome de la recaudación fiscal o por el contrario va a aumentar el gasto?, ¿va a ser una combinación de ambos factores?, ¿hay algún plan para cambiar este escenario o por el contrario nos resignamos a perseverar en la depauperación de amplias capas de la población? Preguntas sin respuestas todavía. Por eso Mariano Rajoy no puede pedir “paciencia” y fe ciega a una sociedad que se está empobreciendo a marchas forzadas y que observa perpleja cómo es posible que si se destinen ingentes recursos público a salvar a la banca para, en definitiva, salvar al sector financiero internacional –mayoritariamente alemán- y no se destine ni un euro a rescatar de la lacra del paro a nuestros conciudadanos.
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