Uno de cada cuatro funcionarios de la Administración autonómica en edad de jubilarse decide retrasar su retiro hasta cumplir los setenta años. La legislación que regula la Función Pública en la comunidad gallega les ofrece la posibilidad de prorrogar cinco años como máximo su permanencia en el puesto de trabajo.
Durante este tiempo se mantienen en las mismas condiciones, sin que suponga incremento o reducción de su sueldo o jornada laboral, no obstante, les permite percibir una pensión más alta una vez que se jubilen puesto que suman cinco años más al periodo cotizado. Según los datos facilitados desde la Consellería de Presidencia, cada año alcanzan los 65 un promedio de doscientos trabajadores. De estos, medio centenar decide seguir trabajando.
Tomando como referencia las estadísticas del año 2005, de los 202 trabajadores de la Xunta que llegaron a los 65, se jubilaron 149 y optaron por continuar en su puesto 53.
En relación con la plantilla de la Administración autonómica, este fin de semana un total de 11.640 aspirantes de los 24.500 previstos se examinaron para intentar conseguir una de las 227 plazas convocadas por la Xunta. Las pruebas, que se celebraron el sábado y el domingo, comenzaron a las 10.00 horas en el Recinto Ferial de Silleda, como viene siendo habitual en este tipo de convocatorias. El sábado se celebraron los primeros exámenes para el grupo D -auxiliares- y el domingo las de la categoría C -subalternos-, también fue el turno de los aspirantes que buscan acceder por promoción interna al grupo de auxiliares.
De las 24.500 personas que intentarán conseguir una plaza, 12.016 están inscritos para examinarse para el grupo de auxiliares, para el que se ofertan un total de 117 plaza; y 12.251 se presentaron al cuerpo de subalternos, que se disputaron 70 puestos de trabajo. Por el sistema de promoción interna, 326 personas aspiran a una plaza en el grupo C. Además, existe una cuota de reserva del cinco por ciento para personas con minusvalías.
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