Los ministros de Trabajo de la UE tratarán de llegar hoy a un acuerdo para revisar la directiva europea que regula el tiempo de trabajo en una reunión extraordinaria en la que estudiarán un documento que confirma la jornada laboral de 48 horas semanales, aunque prevé una excepción para trabajar como máximo 60 horas, el denominado 'opt-out'. Para satisfacción de países como España, contempla también una eventual eliminación progresiva de esta medida.
El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, participará en el Consejo extraordinario convocado por la Presidencia de la UE para desbloquear unas negociaciones que deberían haber dado como resultado la revisión de la directiva de tiempo de trabajo en 2004. Junto a Caldera, asistirá a la reunión el consejero de Trabajo de la Xunta de Galicia, Ricardo Varela.
A pesar de los dos años que llevan negociando los Estados miembros, aún es incierto el resultado de la reunión de hoy, puesto que todavía existen bloques de países enfrentados, todos ellos con minoría de bloqueo. En los extremos se sitúan Reino Unido, Alemania o Polonia, a favor de una mayor flexibilidad y ampliación de la jornada laboral, frente a España, Francia e Italia, también Grecia y Chipre, que querrían ver eliminada la excepción a la jornada de 48 semanales. También se oponen al fin de la derogación Eslovaquia, Estonia y Malta, que consideran el 'opt-out' necesario para su economía.
Fuentes españolas consideraron ayer que el último documento presentado para la negociación da cabida a modificaciones 'en línea' con las demandas del Gobierno y 'es más equilibrada'. Por ejemplo, destacaron que éste 'reconoce' que el 'opt-out' es una excepción, algo a lo que, indicaron, se oponía Reino Unido.
Asimismo, España acogió positivamente la alusión que por primera vez se hace a la eliminación progresiva de la excepción a las 48 horas semanales mediante una evaluación país por país de los motivos, sectores o número de trabajadores que se acogen a esta fórmula. Las fuentes indicaron que, al menos, tendrá que haber 'motivos' para prolongar la jornada laboral.
No obstante, aún quedan elementos con los que España no está de acuerdo, particularmente por lo que respecta a la desaparición del 'opt-out': el Gobierno quiere más concreción en los plazos y que decisión sea a nivel comunitario y no competencia de cada uno de los países, como propone ahora la Presidencia de la UE.
MAYORÍA CON MATICES
De momento, señalaron que el último documento ha concitado el acuerdo de 'una gran mayoría' de países, aunque 'con matices'. No obstante, persisten dos grupos de que hacen reclamaciones en sentido opuesto, hacia una mayor flexibilidad y hacia respetar el límite de las 48 horas.
Junto a España se sitúa también Francia que, según fuentes británicas, representa la postura más opuesta a permitir excepciones a la jornada de 48 horas. Tanto es así que la reunión de preparación que celebraron hoy los técnicos de los Estados miembros fue televisada por primera vez hasta el gabinete de Gobierno francés.
Su primer ministro, Dominique de Villepin, dijo que 'no podemos aceptar la propuesta finlandesa' que 'va demasiado lejos' y reclamó 'un calendario creíble y firme para la desaparición progresiva de la derogación' de la jornada máxima de 48 horas semanales.
Por su parte, Reino Unido también constató que la nueva propuesta finlandesa 'es un paso adelante', pero que 'hay que seguir trabajando',aunque en el sentido opuesto que quieren Francia y España. Fuentes británicas confirmaron la pretensión de Londres de que el 'opt-out' sea de 'un mínimo de 65 horas' semanales, frente a las 60 que contempla el documento.
Al contrario de la interpretación que hicieron las fuentes españolas, las británicas no opinaron que la Presidencia finlandesa 'quiera terminar con el opt-out', puesto que, subrayaron, 'no está en el texto'.
La última propuesta de la Presidencia finlandesa de la UE contempla que el máximo de 48 horas semanales es 'el principio general' de la directiva, pero que puede haber 'excepciones', siempre que se cumplan las condiciones para ello. Así, indica que los Estados miembros podrán 'autorizar la no aplicación' del principio general cuando esté 'previsto en el convenio colectivo' o en 'la legislación nacional'.
La prolongación de la jornada laboral tendrá que contar con 'el consentimiento escrito del trabajador', que tendrá una validez 'no superior a un año', y siempre que el trabajador que opte por acogerse al límite de 48 horas semanales no sufra 'perjuicio alguno'.
Asimismo, el 'opt-out' tendrá su límite en las 60 horas semanales en el transcurso de un periodo de siete días, calculado en un promedio durante tres meses. Todo trabajador podrá retractarse de haber aceptado este régimen y éste no será válido para contratos de menos de cuatro semanas al año o en los casos en los que el empleado haya aceptado trabajarlas en el momento de la firma del contrato laboral.
El control de la excepción a las 48 horas semanales se completará, según el documento de la Presidencia de la UE, con el registro que deberá seguir el empresario de los trabajadores sometidos a este régimen laboral, al que tendrán acceso las autoridades.
FIN PROGRESIVO
Por otra parte, el documento incluye un nuevo elemento relativo al 'informe de evaluación' que deberán elaborar los Estados miembros que haya inutilizado el 'opt-out' en el que se aluda a 'motivos, sectores, actividades y número de trabajadores' sujetos a él.
Posteriormente, la Comisión formará un grupo de trabajo con representantes de los Gobiernos y los interlocutores sociales, que presentarán otro informe 'que incluirá, en caso necesario, las propuestas adecuadas para reducir las jornadas de trabajo excesivamente prolongadas'.
Los Gobiernos aludidos 'revisarán el recurso' a la excepción a las 48 horas 'con miras a poner fin gradualmente a dicho recurso', agrega el documento.
Por su parte el comisario responsable de Empleo, Vladimir Spidla, confió en que se llegue a un acuerdo y expresó su apoyo a la propuesta de compromiso presentada por la presidencia Finlandesa. 'Creo que es posible llegar a un acuerdo, es algo realista', señaló.
El comisario, no obstante, no quiso especular con el procedimiento a seguir en el caso de que los Veinticinco fracasen en su intento y eludió pronunciarse sobre posibles procesos de infracción. 'Es necesario usar todas las posibilidades para llegar a un acuerdo, porque hay que trabajar de un modo eficaz'. El tema hay que dejarlo para mañana, hay que esperar', dijo.
Sin embargo, fuentes españolas recordaron que la Comisión ya ha advertido que si no se logra un consenso para revisar la directiva actual de tiempo de trabajo, expedientará a los 23 de 25 Estados miembros que a día de hoy registran irregularidades en su aplicación y de los que solo se salvan Italia y Luxemburgo.
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