El secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), el mallorquín Joan Miquel Perpinyá, ha afirmado que las reformas que se habían iniciado en la Guardia Civil sufrieron "un frenazo" con la llegada al Ministerio del Interior de Alfredo Pérez Rubalcaba en abril de 2006. Para Perpinyá, "España no terminará su Transición" hasta que algún presidente del Gobierno o ministro "cojan a los generales de este país, los siente a todos en un pupitre con una cuartilla y un lápiz, y les obligue a escribir cien mil veces: "soy un funcionario más"".
La llegada de Rubalcaba a Interior no es el único aspecto que, según Perpinyá, originó que se detuvieran las reformas. Para el secretario general de la AUGC, otro de los hechos que impulsaron este "frenazo" fue el desembarco de dos "hombres de Bono" -el actual director de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, y el subsecretario del Ministerio del Interior, Justo Zambrana. Éste último, encargado de la interlocución con la AUGC en los últimos meses y quien facilitó a la Asociación el texto de Régimen Disciplinario que presentó Rubalcaba ocho días antes de la manifestación del pasado 20 de enero.
Este texto que aborda la reforma del Régimen Disciplinario -promesa electoral del PSOE junto a la regularización del asociacionismo- es el tercero que envió el Gobierno a la AUGC, y de todos, el que menos gustó a los guardias civiles. El primero se lo envió el anterior director de la Benemérita, Carlos Gómez Arruche, y el segundo, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, quien, según Perpinyá, fue "apartado" de las negociaciones con la llegada de Rubalcaba.
Según el secretario general de la AUGC, en abril de 2005 se desconvocó una peregrinación a la Basílica del Pilar, en Zaragoza, a raíz de la promesa del PSOE de acelerar las reformas, algo que no se produjo, ni en ese momento, ni tras la manifestación de abril de 2006 en la Plaza Mayor de Madrid. Además, añadió que tampoco tuvieron respuesta las cerca de 200 quejas por parte de guardias civiles de uniforme al Defensor del Pueblo el pasado 5 de diciembre de 2006. En este sentido, declaró que "el PSOE jamás ha tenido intención política de afrontar las reformas" y dijo que si lo hacen es "porque se ven presionados por circunstancias y actuaciones de la AUGC".
SECTORES INVOLUCIONISTAS
Perpinyá explicó que tanto las declaraciones de Rubalcaba el mismo día de la manifestación, como las realizadas por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, -en las que defendió el derecho de manifestación de los guardias-, ponen de manifiesto que "los ministros hacen lo que le dicen los sectores retrógrados involucionistas de este país". En este sentido, el secretario general de la AUGC apuntó que "la Transición española no va a terminar hasta que algún presidente del Gobierno o ministro coja a los generales de este país, y les obligue a escribir cien mil veces: "soy un funcionario más"".
En relación con la situación de conflicto entre la AUGC con el Gobierno, Perpinyá reveló que el portavoz parlamentario del PSOE le hizo "una oferta de diálogo" el pasado miércoles, y que él mismo un día después entregó en Interior un informe sobre el texto de reforma del Régimen Disciplinario del Gobierno, con el que, aseguró, son muy críticos. Aún así, afirmó que "la pelota está en el tejado del Gobierno" pues la AUGC está "abierta a hablar de esta cuestión y de cualquier otra que afecte a los guardias civiles", pero antes "hay que satisfacer las demandas de nuestro colectivo", esto es, "el cumplimiento del programa electoral del PSOE".
Sin embargo, Perpinyá aseguró que en la Guardia Civil "nunca nada volverá a ser igual después del día 20", algo que, agregó, es "evidente" porque "creo que se ha despertado la conciencia social de que hay un problema que nunca ha estado exteriorizado por el miedo" que tenía los guardias "a hablar, a salir públicamente a contar la realidad de los cuarteles".
CAZA DE BRUJAS
El secretario de la AUGC consideró que "la sociedad española entiende perfectamente que el Gobierno está incumpliendo sus compromisos" y que no les deja "otra salida que salir a la calle de uniforme". Además, Perpinyá se mostró "convencido" de que su asociación no hizo "nada ilegal" en la manifestación del día 20 en la Plaza Mayor, ya que aseguró que su actuación "está sujeta a los derechos constitucionales". En este sentido, añadió que si tienen que "apelar a los tribunales para que se reconozca" lo harán. Porque concluyó que "no creo que la AUGC haya vulnerado la disciplina, como se nos imputa".
Por todo ello, Perpinyá se considera, junto a sus compañeros, "víctima de una caza de brujas, de una represión al movimiento asociativo", hecho que deja claro "el informe de Asuntos Internos, en el que se sustancia ese expediente, es un informe que ataca el derecho de asociación de los guardias civiles" al mismo tiempo que "sugiere la ilegalización de la AUGC".
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