El Plan Dike de inserción laboral de mujeres víctimas de violencia doméstica cerró el 2006 con 112 empleos, 37 de ellos en Valladolid Familia ofrece cursos de vigilantes de seguridad, ayuda a domicilio, tecnología textil y comerciales para formar en puestos que no se cubren.
Ese es el perfil de las mujeres que acuden a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades que dirige Rosa Valdeón pidiendo ayuda para encontrar un trabajo. Para ellas funciona el Plan Dike desde el 2000. Una iniciativa por la que la Junta contacta con empresas que pueden contratar a estas mujeres y que reciben a cambio una subvención. Esta ayuda llegará este año a los 6.000 euros cuando el contrato que se firme sea indefinido y se quedará en los 2.500 cuando sea temporal, de jornada completa y de una duración no inferior a seis meses. «La distinción económica entre contratos fijos y temporales persigue incentivar los primeros», explica la directora General de la Mujer, Rosa Urbón. La cuantía de la subvención para las contrataciones indefinidas se incrementa este año 500 euros.
El Plan Dike es un programa consolidado y bien valorado por los empresarios. Del estancamiento de contratos firmados en los tres primeros años, del 2000 al 2002, que se situaron entre los 22 y los 30, se ha pasado a una continua progresión ascendente hasta llegar a los 112 del pasado año, el 17,85% más en el 2005. Aún así, los datos sobre solicitantes, puestos ofertados y contratos firmados denotan que es posible afinar más el programa. A las 112 mujeres que lograron un empleo el pasado año hay que sumar otras 119 que solicitaron participar en el plan y que o lo encontraron por su cuenta o siguen en el paro. A esto hay que añadir que las 84 empresas que colaboran con la Junta ofertaron 187 puestos de trabajo, de lo que se deduce que para 75 de esas plazas no figuraban en la bolsa de trabajo del 'Dike' desempleadas que cumplieran el perfil demandado.
«La formación es un aspecto en el que empezamos a trabajar de forma insistente el año pasado y que vamos a impulsar», precisa Rosa Urbón. Beneficiarias del programa de inserción laboral de mujeres maltratadas siguieron durante el 2006 cursos para poder trabajar de vigilantes de seguridad, de comerciales, de auxiliares de ayuda a domicilio o en empresas de confección o textil. Esta formación ha sido becada para las participantes. «En el caso de empresas de seguridad no teníamos oferta, pero nos parecía un sector laboral en alza y con salida profesional y de hecho tres de las mujeres que ha seguido el curso van a empezar a trabajar en breve», precisó la directora de la mujer.
Más jóvenes
La evolución del Plan Dike, cofinanciado por el Fondo Social Europeo en un 40%, permite apuntar que llegan hasta los despachos de las asistentes sociales de la Junta mujeres cada vez más jóvenes, según apunta Urbón. Antes, el perfil de edad media estaba en la cuarentena y ahora la horquilla de edad ha bajado hasta situarse entre los 25 y los 40.
El presupuesto inicial del programa es de 350.000 euros. «Ampliable si vemos que se requiere más dinero. Ninguna mujer se va a quedar sin atender porque se acabe el crédito de la partida», puntualiza la directora de la Junta, que destaca la necesidad de un trabajo para lograr una independencia en cualquier persona, pero de forma más agudizada en una víctima de malos tratos. «El trabajo supone un sustento económico, pero también tiene una parte psicológica, porque las mujeres ven que son capaces de valerse por si mismas», asegura Rosa Urbón.
Documentación
Para acceder al Plan Dike las solicitantes deben atestiguar con documentación que han pasado por una situación de malos tratos.
La Junta exige una orden de protección o cualquier otra medida cautelar en favor de la víctima, una sentencia judicial, un informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios de malos tratos o un informe de los servicios sociales en el que conste que la mujer ha sido atendida por causas de violencia doméstica.
Más información
Teléfono Regional de la Mujer. 900 333 888
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