El diseño de los camisones hospitalarios, con toda la espalda al descubierto y sin cerrar, la presión asistencial y las prisas que hacen olvidar el llamar a una puerta o cerrarla para atender a un enfermo, los cuidados de higiene con compañeros de habitación presentes, o las preguntas para la historia clínica escuchadas por otros usuarios crean situaciones violentas para el paciente que se encuentra además en un momento muy vulnerable y bajo cierta indefensión, especialmente cuando son menores, ancianos o enfermos mentales.
Aunque el personal de hospitales y centros de salud tiende a cuidar estos aspectos, lo cotidiano que es para ellos una persona desnuda o los detalles de una patología les lleva, en ocasiones, a olvidarse del pudor del afectado, de la vergüenza de la situación.
Para potenciar la protección a la intimidad de los pacientes y a la confidencialidad de sus datos Sacyl – Sanidad de Castilla y León – ha diseñado una guía para profesionales de la que ha editado 25.000 ejemplares. Este documento es el resultado del trabajo de un grupo de profesionales del sector jurídico y sanitario en el seno de la Comisión Regional de Bioética que renovó su composición bajo la presidencia de Diego Gracia Guillén. Esta guía recomienda a los profesionales que respeten el 'espacio físico' del paciente, tanto desnudo como vestido, y que llamen siempre a la puerta. El empleo de cortinas separadoras para explorar a cada paciente cuando comparten habitación y el cierre de la consulta mientras se explora a un enfermo. Pide asimismo que informen a la persona con anterioridad sobre la parte que debe descubrirse y en que va a consistir la exploración.
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