Cualquier trabajador sabe al cobrar su nómina a qué obedece cada uno de los conceptos que integran su salario. En muchos casos, establecidos a través de convenios colectivos y, en otros, pactados con las empresas.
Sin embargo, hay una gran empresa pública en España, integrada por 140.000 profesionales, cuyas nóminas incluyen desde enero un apartado con el enrevesado nombre de "Componente Singular del Complemento Específico" (CSCE), cuyo importe, entre 26 euros y 1.451 euros mensuales, ha sido fijado de forma unilateral y sin que los afectados conozcan el criterio seguido.
A menor rango…
Se trata de las Fuerzas Armadas y la medida ha revolucionado la institución militar. Los más beneficiados callan y los que se sienten agraviados ya han comenzado a expresar sus quejas. Pero se da la circunstancia de que cuantos más peldaños se baja en el escalafón militar, de general a suboficial, mayor es el malestar.
Todo comenzó cuando el anterior ministro de Defensa, José Bono, anunció que subiría los sueldos de los militares, -los más bajos de Europa-, a lo largo de varios años hasta llegar a un incremento del 25 por ciento. Pero como no podía aumentar el sueldo base o los trienios porque, al igual que el resto de los funcionarios públicos, se fijan por ley, estableció las subidas sobre el llamado "complemento específico general".
En total consiguió 450 millones de euros para distribuir en tres ejercicios económicos hasta 2008. El grupo de trabajo que ha desarrollado el Reglamento de Retribuciones de las Fuerzas Armadas ha repartido los 204 millones destinados en 2007 -que se suman a los 200 millones de 2006- en el citado complemento de enrevesado nombre.
En beneficio de los oficiales superiores
Hasta ahí todo parecía correcto si no fuera porque el criterio para fijar la cuantía que cada militar recibe en concepto de CSCE beneficia a los oficiales superiores, en detrimento de los empleos inferiores. "Son habas contadas. Cada Ejército -Tierra, Armada y Aire- ha sacado su tajada y ha vuelto a privilegiar a los de siempre, es decir, a los mandos", aseguran medios militares españoles.
Históricamente existe un complemento ligado al empleo, desde teniente general y almirante hasta soldado o marinero. Pero en el nuevo CSCE se vuelve a primar a los mandos de forma encubierta. Para fijar su cuantía se establecen cinco criterios: tipo de unidad, preparación técnica, peligrosidad, penosidad y nivel de responsabilidad. Y es, precisamente, este último el que ha provocado un malestar militar que "no ha hecho más que empezar al ver en la intranet la nómina de enero", explica un coronel del Ejército de Tierra en activo.
Bajo el término "nivel de responsabilidad" se paga de nuevo el complemento de empleo, pues la responsabilidad va ligada a los empleos más altos. Se han creado nada menos que 35 tramos del Componente Singular del Complemento Específico. Los 140.000 miembros de las Fuerzas Armadas -de ellos 50.000 cuadros de mando- han visto una cantidad en la casilla de sus nóminas correspondiente al CSCE que no saben cómo ha sido fijada y porqué es ése el tramo elegido y no los anteriores o posteriores.
Falta de transparencia
El Ministerio de Defensa está desbordado. No se esperaba una reacción tan fuerte. Afirma que el complemento asignado a cada uno de los 140.000 miembros de las Fuerzas Armadas está reflejado en las plantillas de los destinos, pero éstas son de carácter reservado porque su publicidad daría la pista de cómo está constituido orgánicamente el Ejército -qué destinos están cubiertos y cuáles no- a cualquier potencial enemigo.
La protesta por la falta de transparencia y la discriminación salarial crece entre la clase militar. Miles de militares han remitido cartas al presidente del Gobierno expresando su preocupación por lo que consideran "un fraude del sistema que no se ajusta a la norma prevista por el legislador", aseguran fuentes militares.
Las misivas de queja han sido cursadas siguiendo el conducto reglamentario y jerárquico, pero están encontrando problemas. En algunas unidades no las han aceptado o no saben cómo tramitarlas, al ser la primera vez que un militar se dirige al presidente del Gobierno. En otras, los mandos ralentizan su tramitación hasta recibir instrucciones, pero se calcula que, sólo en el mes de enero, más de 3.000 misivas de protesta han sido cursadas. Este fraude ya fue denunciado por la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), cuyo presidente, Jorge Bravo, cumple un mes y un día de arresto en un centro disciplinario de Madrid.
Enrique Montánchez
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