Los máximos responsables del Ministerio de Trabajo descartaron ayer utilizar el superávit financiero de la Seguridad Social para rebajar las cotizaciones e impulsar la competitividad. La rebaja de cuotas y su compensación con subidas del IVA fue sugerida el martes por el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia.
La última reforma laboral ya recoge una rebaja selectiva de cotizaciones sociales y otra generalizada de medio punto de las cuotas de formación, 'y de momento no hay previsión de rebajarlas más', dijo ayer tajantemente el ministro de Trabajo, Jesús Calera, tras presentar en el Congreso el informe sobre el fondo de reserva de las pensiones.
El secretario de Estado de la Seguridad Social, presente en el acto, añadió, por su parte, que en 1994 el gobierno socialista de entonces ya rebajó un punto las cotizaciones sociales y elevó un punto el IVA, 'y los efectos no fueron nada positivos'. Según explicó Granado, en aquella ocasión el alza del IVA 'se trasladó enteramente a la inflación y no se creó ni un puesto más de los previstos'. Además, precisó que, dada la gestión autonómica de parte del impuesto sobre el valor añadido, un aumento de este tributo 'tendría complejidad técnica porque debería hacerse de forma compartida con todas las administraciones fiscales'.
Precisamente, el actual nivel de las cotizaciones sociales y la creación de empleo son los causantes de la buena salud de la Seguridad Social, que el pasado año consiguió un superávit de más de 12.500 millones, lo que supone el 1,27%, según la última revisión al alza de este dato hecha ayer por Caldera.
Los responsables de Trabajo aseguraron que 'el año ha empezado muy bien', en cuanto a recaudación, por lo que esperan que el superávit de 2007 sea 'similar' al del año pasado. Ante estas perspectivas, Caldera despreció las previsiones de algunos expertos que sitúan el sistema en déficit dentro de cinco años, como calculó el actual presidente de la Oficina Económica del Presidencia del Gobierno, David Taguas.
'Esas previsiones no las hace el Gobierno -dijo Caldera- y, de ningún modo en cuatro o cinco años la Seguridad Social entrará en déficit; es más, seguirá teniendo superávit'. Si bien, añadió: 'esto no quiere decir que no hagan falta más reformas de pensiones, pero serán moderadas y pausadas'. En su opinión los cambios deberán ayudar a 'aplicarnos todos en trabajar más: si vivimos más años también tendremos que trabajar más tiempo'.
Para prevenir los números rojos, Trabajo sigue inyectando dinero en el fondo de reserva de las pensiones, que cuenta en la actualidad con 40.335 millones de euros, lo que equivale al 4,14% del PIB y a ocho nóminas completas de la paga de las pensiones. A finales de año, el fondo superará previsiblemente los 50.000 millones de euros, ya que los presupuestos prevén una inversión este año de 10.790 euros más.
Según el informe de gestión del fondo, casi la mitad de su cartera está ya invertida en activos de deuda extranjera, debido a la intención de los gestores de diversificar las inversiones para no distorsionar el mercado español, en el que no compran más del 10% de cada emisión de deuda. El Gobierno está diseñando una norma que permita la inversión de parte del fondo -en torno al 10%, según fuentes de Trabajo- en renta variable.
El fondo ya cuenta con 66,9 millones procedentes de los excedentes de gestión de la incapacidad temporal de las mutuas de accidentes de trabajo.
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