El embajador de España en Washington, Carlos Westendorp, dijo que hará todo lo posible para paliar el problema fiscal que tienen muchos empleados públicos españoles en EEUU, pero cree que 'no tiene buenas perspectivas de solución'.
En una carta enviada al cónsul general de España en Nueva York, Juan Manuel Egea, a la que tuvo acceso EFE, Westendorp afirma que la administración española está inmersa en negociaciones y pretende conseguir 'que los efectos sobre nuestros trabajadores sean lo menos negativos posibles'.
La misiva de Westendorp responde a otra carta que le fue remitida el lunes por los trabajadores contratados en Nueva York.
En ella, los empleados acusaron a la embajada de dejarlos desamparados ante el proceso que ha iniciado contra ellos el Fisco de EEUU por presunta evasión de impuestos.
'No nos ha llegado ningún indicio de que nuestra Embajada esté tomando cartas en el asunto para encontrar una solución', se quejaron.
En su respuesta, Westendorp refuta esa alegación y señala al cónsul que es importante 'que los trabajadores en cuestión estén mejor informados sobre lo que se ha hecho hasta ahora'.
Señaló que 'la distancia puede haber originado problemas de comunicación' y pidió a Egea que compartiera el contenido del documento con los empleados.
Westendorp enfatiza que ha puesto 'todos los recursos de la embajada al servicio de encontrar posibles soluciones y paliativos' al problema, desatado el año pasado cuando el Fisco de EEUU abrió una investigación sobre la situación tributaria de los empleados locales de todas las embajadas y consulados en el país.
'España ha sido la principal impulsora de una acción europea enérgica en relación a este problema', dijo Westendorp.
Resultado de esa acción, según el embajador, fue la prórroga de algo más de un mes concedida por el Servicio Tributario Interno de EEUU (IRS, siglas en inglés) para que los empleados regularicen su situación.
La agencia extendió hasta el 30 de marzo el plazo para que los trabajadores se acojan a una 'amnistía' que les obliga al pago de los tributos atrasados correspondientes a tres años, con sus intereses, y una multa.
Westendorp señaló que la embajada estudia la legislación tributaria y los tratados entre EEUU y España, pero no quiso dar detalles para no perjudicar las 'posibilidades de negociación y las gestiones en curso'.
En todo caso, señaló que 'el problema con el IRS es muy complejo y no tiene buenas perspectivas de solución'.
Por su parte, los trabajadores de Nueva York dijeron que el Gobierno español es 'el mayor causante de la supuesta situación de evasión fiscal' y acusaron a la embajada de desconocer las leyes locales estadounidenses y de no informarles acerca de sus obligaciones.
La medida del IRS afecta a 'cientos' de trabajadores, según la carta, que trabajan en los consulados, las oficinas comerciales, de defensa y de turismo, la embajada, y el Instituto Cervantes.
Los empleados en cuestión habían tributado en España hasta 1998, pero Hacienda dejó de retenerles el IRPF como consecuencia de una interpretación legal nueva de un convenio con EEUU que realizó la Dirección General de Tributos.
Desde entonces, algunos han pagado impuestos en EEUU, otros en España, y otros en ningún sitio.
Los trabajadores consideran que ese convenio es 'injusto y discriminatorio para España', ya que, según ellos, el Fisco estadounidense exige a sus ciudadanos que trabajan en la embajada de su país en Madrid pagar impuestos en Estados Unidos.
No obstante, el embajador español niega este extremo en su carta y señala que el personal contratado por EEUU en España tiene la obligación legal de tributar en España 'cualquiera que sea su nacionalidad'.
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