La empresa sólo cubrió 10 de las 20 plazas, mientras algunos candidatos cuestionan la prueba práctica y que se haya reducido la nota de corte
Los responsables de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa) han modificado la forma de corregir los exámenes para evitar nuevas acusaciones de tráfico de influencias, pero sus oposiciones siguen siendo polémicas. Las últimas pruebas convocadas por la compañía, para acceder a veinte plazas de conductor, se han saldado con una treintena de reclamaciones. En esta ocasión, lo que levantó sospechas fue el ejercicio práctico y que se rebajase la nota de corte.
Al examen de conducción, llegaron 81 de los casi 500 aspirantes presentados a la convocatoria de empleo. Sólo pasaron 10. Las 10 plazas restantes quedaron desiertas. Algunos candidatos, con amplia experiencia al volante, sostienen que «resulta muy raro». Una sensación a la que contribuye el hecho de que «no nos hayan explicado cuáles fueron exactamente nuestros fallos».
Sus críticas van más allá: «Se da la circunstancia de que, entre los que aprobaron, está gente sin apenas experiencia y con algunas de las notas de partida más bajas». De hecho, según candidatos que reclamaron ante Emtusa, «si el tribunal no hubiese modificado la nota de corte, los hay que habrían quedado descalificados y ni hubieran podido realizar la prueba práctica».
Las oposiciones a conductor de Emtusa estaban articuladas en cuatro apartados: psicotécnico, test de conocimiento, prueba práctica -se celebró el sábado 24- y entrevista personal. El Tribunal había previsto que sólo llegasen al examen de conducción quienes superasen las anteriores cribas con una puntuación de al menos 5,7. A mediados de febrero, la empresa notificaba que esa nota se había rebajado a 5,4.
La lista de candidatos pasó de 58 a 81. Hubo incluso quien pidió explicaciones por escrito, pero «Emtusa no contestó». Lo ocurrido con la prueba práctica echó leña al fuego. «No es normal que, de los primeros 56 que hicimos la prueba, sólo aprobasen a uno», explican quienes se quedaron fuera en esta tanda. «Por lo visto, todos pisamos las marcas que pusieron. Imposible», rebaten los más críticos, al tiempo que argumentan: «Como prometieron transparencia y esta vez no pudieron meter mano a los tests, pues hicieron lo que quisieron con la prueba más subjetiva, que es la de conducción».
Las denuncias interpuestas con ocasión de las oposiciones de octubre de 2004 abrió una crisis en Emtusa que acabó con el portavoz sindical de UGT fuera del consejo de administración. La fiscalía incluso investigó la posibilidad de tráfico de influencias. Esta vez, los tests se corrigieron mediante un sistema informático -y no a través de plantillas- para garantizar transparencia.
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