El Ministerio del Interior ha extremado las medidas de protección de los funcionarios de prisiones ante el riesgo de que ETA se haya fijado como objetivo atentar contra este colectivo, golpeado ya en otras ocasiones por los terroristas.
El secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, ha remitió un télex a las direcciones adjuntas del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en el que alertó de la posibilidad de que la banda trate de atacar "durante el itinerario" de algún convoy de los que llevan a los trabajadores penitenciarios a los centros. En ese documento dispuso que se establecieran nuevas medidas de seguridad para proteger estos traslados.
La circular de Camacho fue redactada el 8 de junio, sólo dos días después de que el etarra De Juana volviera a la cárcel por orden de Interior tras recuperarse en un hospital de San Sebastián de su huelga hambre. El escrito fue entregado a las fuerzas de seguridad apenas 48 después de que ETA diera por terminado su alto el fuego permanente. Esta alerta antiterrorista también coincidió con el décimo aniversario de la liberación de José Antonio Ortega Lara.
Tras las instrucciones de Interior, policías y, sobre todo, Guardia Civil han reforzado las escoltas durante los traslados de funcionarios y se han intensificados los controles e inspecciones en las inmediaciones de las prisiones y en las carreteras de acceso a éstas. Efectivos de los servicios de Información han establecido por su parte dispositivos de contravigilancia para detectar posibles informadores etarras en los itinerarios de los trabajadores.
Prisiones ha renovado las instrucciones sobre autoprotección para los funcionarios y recordado la necesidad de variar rutinas y de estar vigilantes ante personas sospechosas en las cercanías de los domicilios privados y cárceles.
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