La Consejería de Educación salió al paso de las críticas a los miembros de los tribunales, tanto de algunos de los opositores como del sindicato Comisiones Obreras. Desde la Junta se defendió que el trabajo de los examinadores «no es manipular las notas de las oposiciones, sino que se rigen bajo el criterio de objetividad y transparencia».
Desde la consejería que dirige Juan José Mateos se calificó esta denuncia como ya «habitual» cuando se llevan a cabo este tipo de oposiciones. Sus responsables aseguraron que continuarán defendiendo la honorabilidad de las personas que han participado en el proceso de selección del profesorado, exigiendo a quienes lanzan acusaciones de manipulación de tribunales que las demuestren o que asuman las responsabilidades a las que pudiera dar lugar dicha actuación.
Las especialidades para las que optaban los cerca de 10.000 aspirantes de este concurso oposición de la Junta de Castilla y León iban desde la educación infantil, la música, la educación física, o el inglés.
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