Lanbide acaba de abrir tres nuevas oficinas en Erandio, Lasarte y Amurrio, y ya cuenta con una red de seis centros cuando se cumplen tres años de la puesta en marcha del organismo, conocido por muchos como el Inem vasco. El servicio de empleo desarrollado por el Gobierno vasco en respuesta al bloqueo de las transferencias se ha consolidado en este corto periodo como una entidad más dinámica en la intermediación laboral que su equivalente estatal. Así lo atestigua el hecho de que el año pasado recibiera más ofertas de empleo -un total de 24.006- que el Inem -14.322 propuestas-.
Los resultados de gestión de 2006 resultan sorprendentes si se tiene en cuenta que ese año estaban operativos sólo tres puntos de atención: los de Basauri, Irun y Agurain. Para compensar su escasa presencia física en la calle, Lanbide tiene una red de 400 centros colaboradores -centros de empleo, agencias de desarrollo comarcal, servicios de orientación- que le permiten penetrar en la sociedad de forma "mucho más capilarizada", según explicó el viceconsejero vasco de Empleo, Juan José Loroño, en una reciente conversación con DEIA.
Además, el servicio de colocación por Internet (lanbide.net) se ha convertido en una herramienta cada vez más empleada por los demandantes de empleo para rastrear oportunidades de inserción laboral.
El Departamento que dirige el consejero Joseba Azkarraga ha atemperado el ritmo de apertura de oficinas que había previsto hace años. Cuando se hizo pública la intención del Ejecutivo autónomo de crear un Inem paralelo, la Administración vasca tenía intención de inaugurar 30 puntos de atención antes de finales de 2005, la misma cifra de oficinas con las el Inem cuenta en la CAV. Lanbide nació con una frontal oposición de los sindicatos UGT y CC.OO. y de la patronal Confebask, que criticaban la duplicación de recursos que suponía la iniciativa.
El nuevo criterio aplicado por el Departamento de Empleo para acometer la expansión del servicio tiene en cuenta la ubicación de los centros del Inem para no generar una competencia contraproducente. En Erandio y Amurrio no hay sedes del organismo estatal, y el que existe en Lasarte tiene unas pocas funciones, por lo que son compatibles.
Por lo general, cada oficina está gestionada por un director, "uno o dos administrativos y cinco o seis orientadores", indicó Loroño.
transferencias La apertura de más puntos de Lanbide continuará en el futuro en poblaciones en las que el radio de captación de parados proporcione una "masa crítica" suficiente. La expansión sólo se interrumpiría si los gobiernos vasco y español alcanzan un acuerdo para transferir a la CAV las competencias de políticas activas de empleo. Desde hace muchos años, las desavenencias entre ambas administraciones han bloqueado esta materia, ya que el Gobierno vasco reclamaba el traspaso de las políticas activas -formación ocupacional, reciclaje e intermediación laboral- y las pasivas -cotizaciones y subsidios por desempleo- en el mismo paquete.
Tras dejar de lado esa aspiración, ambos ejecutivos dieron un paso adelante a principios de año al alcanzar un acuerdo de mínimos que se truncó porque fueron incapaces de consensuar la financiación. El equipo de Azkarraga exigía que se aplicara el sistema del Concierto Económico a los fondos dirigidos a sufragar esas competencias, que ascienden a unos 420 millones de euros al año.
El Ministerio de Trabajo accedió a aplicar este mecanismo a los apartados de personal, gastos corrientes e inversiones, pero no en el capítulo de transferencias de cuotas de formación. Para este epígrafe sugería firmar un convenio, a lo que Vitoria se negó. Loroño afirmó que es poco probable que se encuentre una solución en esta legislatura
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