La inseguridad que los argentinos sienten desde la grave crisis económica y social de 2001 ha incrementado la presencia de personal de seguridad privada, que ya casi dobla en número a los efectivos policiales que hay en el país.
Según datos de la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación (Caesi) publicados por el diario local La Nación, actualmente son más de 200.000 los trabajadores de la seguridad privada.
En tanto, se calcula que son 80.000 los efectivos que integran la Policía Federal y la de la provincia de Buenos Aires, mientras que unos 40.000 pertenecen a las fuerzas de seguridad de los otros 22 distritos del interior del país.
Desde la estrepitosa crisis que estalló a finales de 2001, la seguridad privada ha crecido a un ritmo anual del cinco por ciento en Argentina, ya que empresas locales y europeas vieron un gran filón en la inseguridad que siente la ciudadanía.
"Algunas empresas crecieron a la par de la sensación de inseguridad, porque hay gente que tiene mayores ingresos, compra bienes y tiene miedo de perderlos. También por la explosión inmobiliaria, que multiplica los barrios cerrados (privados)", explicó a La Nación Aquiles Gorini, presidente de la Caesi.
Agregó que el crecimiento del sector se debe esencialmente a "la ausencia o ineficacia de los recursos policiales. Si hay diez agentes disponibles, pero sacan cinco para custodiar un objetivo de seguridad nacional, entonces me quedo con la mitad de los policías".
"Hay una tendencia en el mundo de un retroceso del Estado en materia de seguridad. Se asigna menos presupuesto, se incorporan menos efectivos y ese espacio es ocupado por la seguridad privada", expresó Gorini, quien alentó al Estado argentino a dedicar más presupuesto a la seguridad y a apoyar a las empresas privadas.
Los índices de delincuencia e inseguridad se dispararon en Argentina con la crisis de 2001, a partir de la cual comenzaron a proliferar los secuestros con fines de extorsión, que hasta entonces eran muy poco frecuentes.
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