Después de cinco años de baja con sucesivas intervenciones y rehabilitación tras un accidente de tráfico cuando se dirigía a su puesto de trabajo como profesora itinerante, el verano pasado recibió los informes médicos y de la propia Inspección de Educación que le declaran apta para volver a la actividad laboral, aunque debido a las secuelas y los fármacos que toma no puede conducir.
Carmen Martín Fernández es maestra de educación especial -insiste en que le gusta el término maestra-, ha ejercido durante más de veinte años en este campo como orientadora y psicopedagoga y se declara entusiasta de su profesión. Una vez que los informes médicos avalaban que podía volver al trabajo, pensó que por fin podría reanudar su actividad al comenzar este curso, pero han pasado cinco meses y sigue sin una plaza en la que ejercer; y lo que es peor, teme que hasta septiembre del próximo año, 'en el mejor de los casos', no se le conceda el puesto.
La profesora tiene su plaza en Toro, pero no puede desplazarse hasta allí. Dada su situación, tiene derecho a una plaza a través de las denominadas comisiones de servicio de carácter humanitario, destinadas a 'docentes en situación personal o de salud especialmente graves'.
Carmen Martín muestra los más de una decena de escritos que ha enviado a la Administración desde julio pasado solicitando la plaza adaptada a su situación. Pero no ha sido hasta la semana pasada cuando ha recibido la única respuesta, y es negativa.
La directora de recursos humanos, en el enrevesado lenguaje administrativo, responde a la petición de esta maestra que no se le puede dar la plaza porque no la ha solicitado en el plazo previsto para ello, del 16 de marzo al 16 de abril. 'Es absurdo, porque en esa fecha estaba convaleciente de una operación y no podía estar en activo', protesta la afectada.
Con todo, existe la posibilidad de asignar puestos, ya que la Administración dispone de un cupo de sustitución y, de hecho, se han creado puestos en la provincia después de esa fecha. Además, la interesada sabe que no se ha agotado el cupo.
Uno de los argumentos que se expone en el escrito de recurso humanos es que no se puede crear la plaza una vez terminado el plazo de solicitud porque 'se altera la planificación educativa de los recursos humanos existentes, así como la atención continuada del alumno'. Carmen Martín recurre a la ironía para comentar que este argumento 'debe ser un error, porque una administración tan cercana y receptiva, que crea puestos para personas con necesidades más graves, iguales o menores que la mía, e incluso sin necesidades, y presuntamente para familiares, amigos y conocidos, tiene que ser receptiva a mi caso'.
Colocaciones creadas
Explica que este mismo curso Educación ha creado puestos de trabajo 'presuntamente para personas que tiene destino en Puebla y las han traído a la capital a órganos educativos y hasta han creado puestos para institutos como el Alfonso IX, que supuestamente ni siquiera habían sido solicitados por el equipo directivo del centro'. La maestra cita, asimismo, las plazas creadas en el centro de Educación Especial Virgen del Castillo, 'alguna de ellas, presuntamente muy descargadas de horario lectivo'.
La profesora subraya que no se puede creer que no se pueda crear una plaza con la justificación de que se altera la planificación educativa y la atención continuada del alumno, cuando en Puebla se cerró el centro por falta de alumnos ante la carencia de organización y a los profesores se les dio a elegir y se les recolocó.
Propuesta inaceptable
Martín Fernández muestra su indignación ante la propuesta de que espere a la próxima convocatoria de marzo-abril para conseguir plaza para el próximo curso en septiembre. Indica, además, que hasta se le ha insinuado que permanezca de baja o se jubile, una alternativa que no está dispuesta a aceptar, 'porque me niego a ser una sabandija social; no quiero ser un parásito, lo que quiero es trabajar, porque puedo hacerlo y estoy capacitada para ello, aunque no pueda conducir', subraya.
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