162 personas aprobaron en 2006 una oposición del Ayuntamiento y pasaron a ser trabajadores fijos del Servicio Municipal de Limpieza.
Sin embargo, los tribunales ordenaron repetir el concurso porque, a su entender, la fase de la entrevista personal no se realizó de forma correcta.
Ahora, 18 de aquellos funcionarios -dos de ellos de las plazas reservadas para discapacitados- no están entre las listas de aprobados y han perdido su puesto. Cuatro se han visto relegados a la bolsa de empleo y los otros 14 ni siquiera están en la reserva.
Son los más perjudicados, pero hay otros muchos. Las 390 plazas de interinos que se convocaron hace dos años se han visto reducidas a 106, con lo que mucha gente ha desaparecido también de las bolsas de empleo.
Los sindicatos ya han planteado que es necesario «buscar una continuidad para los trabajadores afectados», mientras que el Ayuntamiento, por ahora, está «estudiando la situación para ver qué posibles soluciones, si las hay, pueden adoptarse».
Los trabajadores, por su parte, están dispuestos a impugnar de nuevo las oposiciones o a recurrir a los juzgados, si fuera necesario.
De los 2.159 aspirantes que estaban convocados para este último examen -una entrevista personal-, sólo se presentaron en torno al 60%. Y de los que acudieron, la mayoría protestaron por considerarlo más un examen teórico oral, que una entrevista personal.
Oliver, Teresa, Azucena y Olga. Compuestos y sin plaza
«DEFENDEREMOS LO QUE ES NUESTRO»
«Yo tenía trabajo fijo desde hacía 13 años en una empresa y lo dejé por una plaza en el Ayuntamiento. ¿Ahora, qué hago?», dice Olga, una de los 18 trabajadores afectados. «Yo estoy en el mismo caso: tenía trabajo estable y lo abandoné por esta plaza, y voy a pelear por ella», asegura Oliver.
«¿Qué pasa, que hace dos años éramos aptos y ahora hemos dejado de serlo? ¿En base a qué criterios se pasa de ser el número 100 a ni siquiera aparecer en las listas de interinos?», comenta Azucena. «Es más, en mi caso, el contar con una plaza fija me ha animado a tener otro hijo, porque podía mantenerlo, ahora que me quedo en la calle, ¿qué va a pasar con nosotros?», insiste.
Todos coinciden en señalar que piensan llegar hasta el final. «Defenderemos lo nuestro, porque aprobamos esa plaza, nuestras vidas se han visto afectadas, hemos solicitado hipotecas y comprado coches gracias a ese puesto y ahora nos lo quitan. Iremos a los tribunales si es necesario», dicen convencidos
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