El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, propuso ayer una especialización de los juzgados de la Audiencia Nacional que acabe con la actual figura del "juez omnisciente", y agregó que pretender perpetuar la idea de magistrado que entiende de todo "constituye una auténtica irresponsabilidad, directamente perjudicial para la calidad de la Justicia".
Conde-Pumpido se refirió a esta reforma durante su intervención en el Foro Nueva Economía, donde leyó un discurso titulado "los nuevos retos de la Justicia" en el que también planteó la necesidad de "redimensionar" la respuesta penal para adaptarla a las nuevas clases de delitos y de delincuentes, así como de reforzar la cooperación internacional. Entre los presentes se encontraban el presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar y los magistrados de este órgano Baltasar Garzón y Javier Gómez Bermúdez.
Respecto de la Audiencia Nacional, a la que se refirió como el órgano que afronta "las amenazas más graves para la democracia", dijo que no se puede pretender que sus magistrados "deban escrudiñar contabilidades creativas por la mañana, lidiar con la sordidez irracional del terrorismo a medio día y perseguir organizaciones de narcotraficantes por la tarde".
Añadió que la citada especialización debería abordarse a lo largo de la próxima legislatura, creando juzgados centrales de Instrucción y Salas dedicados en exclusiva al terrorismo, los delitos económicos o al ejercicio de la jurisdicción extraterritorial, lo que constituiría "una punta de la lanza en la línea de optimización" de los recursos de la Administración de Justicia.
Para avanzar en este sentido "va a ser inevitable romper algunas convenciones", según Conde-Pumpido, y en ese sentido cree que debe reconsiderarse el "cómo, cuando, por qué y por quien se adopta la decisión de judicializar los asuntos".
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