El mayor descenso de los precios en julio se debe a factores exógenos (menores subidas de los carburantes y combustibles y de los alimentos frescos) lo que explica que la inflación subyacente (el núcleo estructural de los precios) no varíe en julio y se mantenga por tercer mes consecutivo en el 0%, reflejo del estancamiento de precios de la economía española.
Si comparamos con la Eurozona, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de España se situó en julio en el -0,4% (cuatro décimas menos que el mes anterior) frente al 0,4% en la Eurozona (una décima menos que el mes anterior). Tras haber sido superior, el IPCA de España está por debajo del de la zona Euro desde septiembre de 2013 y en este mes de julio la distancia que los separa ha alcanzado su máximo (ocho décimas) lo que refuerza la debilidad de los precios en España comparada con Europa y el mayor riesgo de deflación que amenaza a la economía española.
Julio suele ser un mes en el que tradicionalmente bajan los precios por efecto de las rebajas de verano. El descenso mensual de julio de este año ha sido casi el doble que el del año pasado porque la bajada de precios del vestido y el calzado, se ha visto acompañada por la bajada de la electricidad y la no subida de los carburantes y combustibles como sí sucedió en 2013. Los capítulos que han tirado al alza de los precios en julio han sido los vinculados con el turismo: viaje organizado, hoteles, cafés y restaurantes, transporte aéreo.
La bajada anual de los precios en julio (-0,3%) sitúa el IPC 4 décimas por debajo del índice registrado en junio. Este descenso de los precios se debe principalmente a la estabilidad de carburantes y combustibles frente al aumento registrado en julio de 2013, la disminución de los precios de la electricidad, la menor subida registrada este año por los alimentos y bebidas no alcohólicas y a la menor subida del tabaco frente a 2013.
Para CCOO, la recuperación económica pasa en una economía como la española necesariamente por la reactivación de la demanda interna que solo será posible con la mejora del poder adquisitivo de los salarios, por una recuperación del empleo de calidad y con derechos (los empleos precarios, temporales y a tiempo parcial, con bajos salarios no son los que van a impulsar y consolidar una recuperación duradera).
Una reforma fiscal progresiva debe obtener los recursos necesarios que permitan abaratar el coste básico de la vida de la población (en línea con la bajada del IVA de alimentos y suministros del hogar que propone CCOO) y disponer de recursos suficientes para mejorar la protección social con la que atender a las personas víctimas de la crisis y en riesgo de exclusión e impulsar un ambicioso plan de empleo, en la línea del “Acuerdo de propuestas para la negociación tripartirá para fortalecer el crecimiento económico y el empleo”.
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