La Fundación Adecco abre la segunda convocatoria de las becas “Proyecto Dorotea”, una iniciativa que ha sido financiada gracias al legado aportado voluntariamente por Dña. Rosario Sáez Ruiz, quien eligió en vida este proyecto en recuerdo de su madre Dorotea, una mujer emprendedora con altas capacidades, pero cuya familia no tenía suficientes recursos económicos.
El objetivo de este proyecto es garantizar unaatención integralyapoyo económico a 150 personas de 6 a 63 años, con certificado de Altas Capacidades o que presentan excelencia académica (rendimiento sobresaliente, de 9 y 10, en todas las áreas curriculares), pero que no disponen de suficientes recursos para completar sus estudios (los solicitantes no podrán superar el umbral 1 de renta y patrimonio familiar según el Real Decreto 201/2024, de 27 de febrero).
En el caso de las personas menores se realizará un acompañamiento a todo su entorno familiar y social, con el objetivo de que puedan superar barreras y disponer de los recursos y herramientas necesarias para desarrollar su potencial, con la vista puesta en su futura inclusión laboral.
“Las personas con altas capacidades intelectuales y escasos recursos económicos constituyen un segmento de la población estratégico que, sin embargo, ve limitado su desarrollo profesional debido a barreras estructurales. A través de este proyecto, nuestro objetivo es minimizar esas barreras y dar visibilidad a su talento, ofreciendo un acompañamiento experto y un apoyo integral para su incorporación sostenible al mercado de trabajo. De este modo, no solo generamos un impacto positivo en sus vidas, sino que también fortalecemos el tejido empresarial, impulsando una cultura corporativa que reconozca y valore la riqueza que aporta la neurodiversidad”, explica Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
Seis modalidades de becas para cubrir diferentes realidades
El Proyecto Dorotea se desarrollará a través de la concesión de 6 tipos de becas: de formación reglada, beca Máster, beca de Investigación (doctorado), beca Pupilo Dorotea, beca Volver a Empezar y beca Tesoros Escondidos.
Para las Categorías 1, 2 y 3, se podrá acceder a través del Certificado de Altas Capacidades o Brillante Expediente Académico, mientras que para las Categorías 4, 5 y 6, se podrá acceder, exclusivamente, a través del Certificado de Altas Capacidades.
El plazo de solicitud permanecerá abierto desde el 2 de abril hasta el 19 de mayo, en el siguiente enlace: Proyecto El pupilo de Dorotea – Fundacion Adecco.
Las personas beneficiarias recibirán un acompañamiento individualizado que podrá incluir diversas acciones adaptadas a sus necesidades, tales como:
- Ayudas al estudio, que contemplan formación, transporte, material escolar, conexión a internet, terapia psicológica o aprendizaje de idiomas, entre otros.
- Apoyo al desarrollo prelaboral a través de actividades culturales o extraescolares orientadas a potenciar habilidades transversales.
- Impulso al desarrollo profesional, mediante iniciativas como el shadowing (observación directa de un profesional cualificado en su entorno laboral) o el mentoring (aprendizaje por modelado, guiado por un mentor que comparte su experiencia y conocimientos).
El proyecto, que en 2025 cumple su segunda edición y que tiene prevista una duración de 5 años, contará con una dotación económica de 480.000 euros.Los importes de cada beca se determinarán en función de las necesidades de cada persona.El presupuesto se asignará proporcionalmente a cada categoría en función del número de solicitudes recibidas que reúnan las condiciones requeridas.
Las personas con altas capacidades en España
En España, se contabilizan 51.396 de estudiantes con altas capacidades, el 0,62% del total del alumnado, según estadísticas del Ministerio de Educación. Sin embargo, se estima que el porcentaje real podría elevarse hasta el 10%, por lo que la mayoría de estos alumnos (en torno al 94%) permanecen sin identificar.
Por comunidades autónomas, ocho se sitúan por encima de la media nacional en la identificación de alumnos con altas capacidades, mientras que las nueve restantes, junto con Ceuta y Melilla, presentan niveles por debajo de dicha media.
Asturias, Baleares y Andalucía destacan por tener un mayor porcentaje de identificación, mientras que Ceuta, Melilla, Aragón y Comunidad Valenciana registran los niveles más bajos.
La invisibilización de estos estudiantes y la ausencia de recursos en el sistema educativo suele traducirse en acoso escolar, falta de motivación y fracaso académico. Según un estudio de la Universidad de La Rioja (UNIR), el 70% de los estudiantes con altas capacidades muestra bajo rendimiento académico y el 50% termina en fracaso escolar.
Por otra parte, se estima que un porcentaje significativo de los adultos considerados con altas capacidades terminan ocupando puestos de trabajo que no explotan completamente su potencial, situación conocida como sobrecualificación o subempleo (según la clínica de psicología El Mundo del Superdotado). A pesar de que estos profesionales suelen tener un alto nivel educativo, pueden verse abocados a la inactividad, al desempleo o a situaciones laborales en las que sus habilidades no se utilizan de forma óptima, lo que afecta a su motivación y desarrollo profesional.
Además, cuando las altas capacidades coinciden con una situación socioeconómica desfavorable, las consecuencias se agravan considerablemente. Las personas con altas capacidades y bajos recursos económicos se encuentran doblemente expuestas a estas realidades, ya que su falta de recursos limita aún más el acceso a apoyos específicos, oportunidades educativas y profesionales adecuadas, aumentando su vulnerabilidad frente al fracaso académico, el abandono escolar temprano, el subempleo y la infravaloración de sus competencias.
“Las personas con altas capacidades suelen encontrarse con una atención insuficiente en el ámbito educativo, dado que los esfuerzos de apoyo suelen centrarse más en quienes presentan dificultades académicas evidentes. Esta falta de atención especializada se intensifica considerablemente cuando, además, provienen de entornos con bajos recursos económicos. En estos casos, la ausencia de estímulos adecuados, orientación específica y oportunidades formativas termina obstaculizando su potencial y afectando negativamente tanto a su desarrollo educativo como a sus posibilidades de éxito profesional. Además, estas barreras continúan en el ámbito laboral, donde con frecuencia los entornos carecen de recursos para reconocer y aprovechar plenamente su talento, lo que limita su desempeño, satisfacción laboral y crecimiento profesional. De ahí la necesidad de estar cerca de estas personas y brindarles una atención individualizada que les permita desarrollarse plenamente, a la vez que la sociedad y las empresas pueden beneficiarse de su talento”- declara Francisco Mesonero.