El Consejo de Ministros ha aprobado recientemente un aumento en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), una medida que beneficiará a más de 2,5 millones de trabajadores en todo el país. Sin embargo, esta subida viene acompañada de un cambio importante en las obligaciones fiscales de aquellos que perciben el salario mínimo. Hacienda ha aclarado las nuevas medidas que deberán seguir estos trabajadores, lo que ha generado cierta controversia.
¿Qué deben hacer los trabajadores que reciben el SMI?
Con el aumento del SMI, el Ministerio de Hacienda ha confirmado que el impuesto sobre la renta (IRPF) no se ajustará a la subida. Esto significa que, por primera vez, los trabajadores que perciban el salario mínimo de 1.184 euros brutos al mes (en 14 pagas, lo que equivale a 16.576 euros anuales en 2025) tendrán que presentar su declaración de la renta ante la Agencia Tributaria.
Detalles sobre las retenciones fiscales
Aunque la mayoría de los trabajadores que cobran el SMI seguirán sin ser sujetos a retenciones por IRPF, existe un pequeño grupo de empleados que sí tendrá que tributar. Las personas solteras sin descendientes serán las más afectadas, ya que no podrán aplicar deducciones por situación familiar. Estos trabajadores deberán abonar entre 0 y 300,03 euros. Por su parte, los trabajadores casados con hijos, o aquellos que puedan aplicar deducciones familiares, seguirán exentos de impuestos.
Desde Hacienda se asegura que la mayoría de los trabajadores del SMI no deberán pagar impuestos adicionales, ya que se ha aprobado una rebaja considerable en el IRPF para las rentas bajas y medianas. Además, destacan que el sistema está diseñado de manera que los grandes patrimonios y empresas paguen más impuestos, mientras que las rentas más bajas, como las de quienes reciben el SMI, tributen menos.
El incremento del SMI será retroactivo al 1 de enero de 2025, por lo que tanto el aumento salarial como los cambios fiscales se reflejarán en las nóminas de los trabajadores a partir de febrero.