La preocupación por el impacto ambiental ya no es un aspecto secundario en la organización de viajes de negocios. Empresas de todo el mundo están adoptando criterios de sostenibilidad en sus políticas de movilidad, impulsadas por la exigencia tanto de los mercados, como de sus clientes y regulaciones. En este contexto, medir, reducir y compensar las emisiones de carbono se ha transformado en un estándar operativo indispensable.
La sostenibilidad no es una moda pasajera, sino un compromiso firme que se alinea con las políticas públicas y las estrategias nacionales. En este sentido, la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030, impulsada por el Ministerio de Industria y Turismo, establece un marco para transformar el sector turístico y, por extensión, los desplazamientos corporativos. Un plan que subraya la importancia de integrar la sostenibilidad en todas las facetas del turismo, lo que refuerza la necesidad de que las empresas adopten prácticas responsables en sus viajes de negocios.
Pero el desafío actual va más allá de elegir alternativas ecológicas: es necesario contar con herramientas precisas que permitan evaluar el impacto real de cada desplazamiento y ofrecer soluciones concretas para mitigarlo. “Las compañías necesitan datos concretos para tomar decisiones fundamentadas”, afirma Luca Carlucci, CEO de BizAway. “No basta con etiquetar un viaje como ‘sostenible’; es imprescindible conocer su impacto real y disponer de opciones para reducirlo o compensarlo”, afirma Luca Carlucci, CEO de BizAway.
Midiendo y compensando el impacto de cada viaje
La innovación tecnológica ha abierto la puerta a sistemas avanzados que facilitan esta tarea. BizAway, en colaboración con Squake, spin-off del Lufthansa Innovation Hub, ha desarrollado la primera calculadora de emisiones específica para viajes corporativos. Esta herramienta cuantifica con precisión las emisiones de gases de efecto invernadero y las presenta en cifras claras, permitiendo comparar distintas alternativas y optar por aquellas con menor impacto. Además, al convertir estos datos en un valor monetario, la calculadora posibilita asignar recursos de forma eficiente para la compensación, destinando fondos a proyectos de reforestación de manglares y otras iniciativas que absorben CO₂, integrando de esta forma la sostenibilidad en la planificación diaria.
La disponibilidad de datos precisos está revolucionando la toma de decisiones en movilidad corporativa. Los responsables pueden ahora evaluar alternativas más eficientes, por ejemplo, priorizando el uso del tren en trayectos cortos, seleccionando aerolíneas con programas de eficiencia energética o eligiendo hoteles con certificaciones ambientales. De esta forma, además de compensar las emisiones, también pueden reducir el impacto desde la planificación.
“La tecnología y la transparencia están transformando la forma en que las empresas organizan sus viajes”, explica Carlucci. “Medir el impacto con precisión nos permite actuar de forma proactiva, facilitando decisiones sostenibles desde el primer momento”.
Aquellas compañías que integren estas herramientas y estrategias en sus procesos, además de cumplir con sus compromisos ESG, se prepararán para un entorno empresarial donde la sostenibilidad será un requisito ineludible. La pregunta ya no es si debemos actuar, sino cómo hacerlo de manera eficiente y responsable para transformar cada viaje en una oportunidad de mejora ambiental.