La reciente derogación del decreto Ómnibus en el Congreso de los Diputados ha supuesto la anulación de las bonificaciones al transporte público aprobadas en 2022, una medida con impacto en la movilidad de los ciudadanos que, finalmente, ha sido revertida tras el acuerdo entre el Gobierno y Junts, al menos hasta finales del mes de junio.
La incertidumbre alrededor de lo que pueda suceder a partir de entonces, podría repercutir en el bolsillo del 60% de los empleados en España que utiliza el transporte público en sus desplazamientos diarios al trabajo, según el II Estudio de Retos y Tendencias en Recursos Humanos 2024 elaborado por Pluxee.
Un porcentaje que, además, crece hasta el 84% entre los jóvenes menores de 28 años, conocidos como Generación Z.
En este contexto, el beneficio de la tarjeta transporte que las empresas pueden ofrecer a sus empleados cobra mayor importancia como apoyo en dichos desplazamientos esenciales. Este beneficio, exento de IRPF hasta 1.500 euros anuales, permite ahorrar en torno a tres meses de transporte público al año en billetes o abonos a través de retribución flexible y constituye una herramienta para mejorar la capacidad de ahorro. En definitiva, una solución que incide en la satisfacción de los empleados.
El beneficio de tarjeta transporte ocupa actualmente el cuarto lugar entre las soluciones para empleados mejor valoradas por el talento, según datos de Pluxee. Ante la inestabilidad regulatoria en torno a las bonificaciones estatales en el transporte público, Pluxee anticipa un aumento del interés por parte de las empresas a la hora de ofrecer este beneficio a sus empleados.
Además de su impacto positivo en el engagement del talento, esta solución fomenta el uso de transporte colectivo, lo que supone una ventaja tanto para empresa como para empleados, en línea con las políticas de cuidado del medio ambiente y compromisos de descarbonización, ya que permiten reducir las emisiones de CO₂ asociadas a los desplazamientos diarios de los empleados.