En la era de la hiperconectividad y el trabajo remoto, la desconexión digital se ha convertido en un derecho clave para proteger el tiempo de descanso de los empleados. Esto implica que los trabajadores no están obligados a responder correos electrónicos, llamadas o mensajes fuera de su jornada laboral, incluyendo descansos, bajas o vacaciones.
En España, ¿conoces qué ley regula este derecho y a quién afecta? Te lo explicamos a continuación.
La desconexión digital es el derecho de los trabajadores a no conectarse a dispositivos electrónicos ni responder a comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera de su jornada laboral. Esto incluye mensajes por WhatsApp, correos electrónicos, llamadas o videollamadas. El descanso laboral abarca el tiempo en que los empleados no tienen obligaciones profesionales. Además de las vacaciones y bajas, también incluye pausas durante la jornada (de al menos 15 minutos para jornadas superiores a 6 horas) y un mínimo de 12 horas de descanso entre jornadas. La jornada no debe superar las 40 horas semanales.
El tiempo de desconexión es el que corresponde al descanso fuera de la jornada laboral, según el contrato de trabajo, el convenio colectivo y el Estatuto de los Trabajadores. Por ejemplo, si un trabajador tiene un horario de 8:00 a 16:00, su derecho a desconectar va desde las 16:00 hasta las 8:00 del día siguiente.
Los beneficios de este derecho son muchos: mejora la salud física y mental, favorece el equilibrio emocional, reduce el estrés y previene el agotamiento, a la vez que favorece la conciliación laboral y familiar. Además, una desconexión adecuada contribuye a una mayor motivación y productividad en el trabajo. Además, este derecho se aplica a todos los trabajadores, incluidos los directivos, en empresas de cualquier tamaño. Aunque afecta a todos, se destaca en contextos de teletrabajo o trabajo híbrido, donde la línea entre la vida laboral y personal se difumina más fácilmente.
El objetivo principal de la desconexión digital es proteger a los trabajadores de la sobrecarga física y mental y fomentar su conciliación familiar y personal, en un entorno laboral cada vez más digitalizado.
Para fomentar este derecho, las empresas deben crear políticas internas claras que respeten los tiempos de descanso y promuevan un uso responsable de las herramientas digitales. También pueden implementar controles horarios para evitar excesos y promover la eficiencia en lugar del simple presencialismo.
En cuanto a las consecuencias de no cumplir con este derecho, las empresas pueden enfrentarse a sanciones económicas, que varían entre 626 y 6.250 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Australia reconoce el derecho a desconectar
Como ejemplo a seguir, Australia ha dado un paso importante en la protección del tiempo de descanso de los trabajadores, convirtiendo la desconexión digital en un derecho legal. Con la reciente implementación de esta ley, los empleados australianos tienen la libertad de ignorar correos electrónicos, llamadas y mensajes relacionados con el trabajo fuera de su horario laboral, sin temor a represalias. Esta legislación se suma a las normativas similares en otros países como España, Alemania, Bélgica y Francia, que buscan delimitar de manera clara el tiempo dedicado al trabajo, especialmente con el auge del teletrabajo y el trabajo híbrido, donde la línea entre el ámbito laboral y personal puede desdibujarse fácilmente. En el caso de Australia, los empleadores que infrinjan esta ley pueden enfrentar sanciones económicas, lo que subraya la seriedad de esta medida para garantizar el bienestar y la productividad de los trabajadores.