Dentro de las principales problemáticas que sufren las mujeres españolas en el trabajo, la desigualdad salarial sigue siendo una de las más habituales. Así lo recogen los nuevos resultados del estudio «Mujeres e Incertidumbre” del Observatorio Vividoras, una iniciativa de la plataforma Vividoras de Pelayo Vida que busca conocer cuáles son las preocupaciones y hábitos de las mujeres mayores de edad en España a la hora de asegurar su bienestar y gestionar la incertidumbre.
Este estudio, en el que han participado mujeres y hombres de toda España de entre 18 a 64 años, revela que el 71% de las mujeres españolas considera que cobra menos que los hombres por realizar el mismo trabajo, una percepción que se incrementa hasta el 75,2% de las mujeres a partir de los 45 años. Además, una de cada tres mujeres de 35 a 44 años afirma haber recibido gritos o faltas de respeto por parte de sus jefes y compañeros, un 14% ha sufrido acoso laboral y un 8% acoso sexual.
La educación y la formación son las herramientas más eficaces para identificar comportamientos discriminatorios en el ámbito laboral. Las mujeres con estudios superiores o con formación universitaria perciben más situaciones de desigualdad de género en el trabajo que los hombres. En concreto, un 24% de las madres con hijos menores de edad afirma que no solo cobra menos, sino que además han visto frenado su desarrollo profesional por ser madres.
La importancia del trabajo y el desarrollo profesional es uno de los aspectos fundamentales en la vida del 85% de las mujeres encuestadas. Este aspecto está directamente relacionado con el nivel de estudios, ya que cuanto mayor es la formación, mayor importancia se concede al desarrollo profesional, sobre todo entre las menores de 35 años.
Los elementos que más valoran las españolas en relación al trabajo son que exista un buen ambiente con los compañeros de trabajo (49,5%), percibir un buen salario (48,7%) y contar con estabilidad laboral (36%), mientras que los hombres otorgan más importancia a la retribución salarial en un 51% de los casos. En el caso de las madres con hijos menores a su cargo, la flexibilidad para conciliar la vida personal y profesional gana importancia, incluso por encima del salario.
En relación a la situación financiera, las mujeres españolas se muestran más pesimistas que los hombres, ya que sólo un 49% de mujeres califican como excelente o buena su situación económica frente a un 54% de los hombres. En el caso de ellas, esta percepción empeora significativamente en el caso de depender exclusivamente de sus ingresos personales.
El estudio también indica que las mujeres muestran una mayor preocupación que los hombres en relación a su estabilidad financiera a largo plazo. La preparación económica para el futuro comienza a partir de los 35 años, y el nivel de formación influye claramente en ello. Sin embargo, el 84% de las mujeres no cuenta con un plan o estrategia de ahorro de cara la jubilación, y un 70% no tiene ahorros para afrontar imprevistos o inversiones.
Las principales preocupaciones de las mujeres en materia financiera consisten en poder disfrutar de una buena jubilación, el miedo a dejar de ser independientes económicamente por la pérdida del empleo o los ingresos o dejar de tener capacidad de ahorro. En el caso de las mujeres más jóvenes de 18 a 34 años no emancipadas, un 50% afirma que la independencia económica es su principal preocupación, mientras que disfrutar de una buena jubilación se convierte en la mayor preocupación económica a partir de los 45 años.
En el supuesto de contar con una situación económica desahogada, 1 de cada 2 mujeres españolas afirma que, si no tuviera que preocuparse por el dinero, viajaría más. Este sueño se diluye en el caso de las que tienen hijos pequeños, que priorizan la educación de sus hijos y dedicarles más tiempo. Por su parte, las mujeres más jóvenes de entre 18 y 34 apostarían por cambiar de vivienda, por gastar más en ocio y tiempo libre e invertir en salud y bienestar. Las mujeres más mayores, en cambio, piensan más en su jubilación, en asegurar la educación de sus hijos, e incluso, en dejar de trabajar.
“Las conclusiones del estudio revelan la necesidad de impulsar políticas públicas y corporativas para garantizar más oportunidades y mayores condiciones de igualdad para que todas las mujeres puedan desarrollar su potencial y su talento. Hay avances, pero aún tenemos mucho trabajo por delante. En Pelayo queremos comprender y hablar de lo que realmente preocupa a las mujeres. Esperamos que este estudio permita dar visibilidad a estas incertidumbres y generar un cambio real de mentalidad y en los comportamientos sociales”, afirma Emma Ruíz de Azcárate, directora de Clientes y Marketing en Pelayo Seguros.