El invierno y las bajas temperaturas provocan que muchos deportistas enfrenten el desafío de mantener su rendimiento durante el invierno. Las condiciones adversas como el viento, el frío intenso y la humedad aumentan los riesgos durante la actividad física. Por ello, es esencial tomar precauciones para prevenir lesiones u otros problemas de salud.
«Una de las prioridades ante el frío es realizar un calentamiento adecuado. Aquellos que vayan a entrenar al aire libre deben dedicar más tiempo a esta fase para preparar los músculos y articulaciones y librarse de contratiempos como calambres, rigidez muscular y, en casos extremos, hipotermia. Hay que tener en cuenta que el frío limita la circulación sanguínea, lo que puede llevar a una mayor probabilidad de lesión si el cuerpo no está bien preparado», expone Jesús Hernández, entrenador personal de Blua de Sanitas.
Ante esta situación, Jesús ha elaborado un listado con una serie de consejos para optimizar el rendimiento deportivo en climas fríos:
- Evitar las primeras horas del día: durante el amanecer, las temperaturas suelen ser más bajas y el riesgo de congelación es mayor. Por lo tanto, es mejor ejercitarse a media mañana o al mediodía, cuando el ambiente es más cálido.
- Usar ropa térmica y por capas: este tipo de prendas permiten conservar el calor sin sudar en exceso, manteniendo el calor corporal. Además, las capas externas deben ser impermeables y cortavientos para proteger del clima adverso.
- Proteger las extremidades: las manos, pies y orejas son especialmente vulnerables al frío. Utilizar guantes, calcetines y otros complementos va a evitar la pérdida de calor y posibles congelaciones.
A este respecto, Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores añade que “esta recomendación es muy relevante para la población mayor, puesto que su capacidad corporal para regular la temperatura disminuye, lo que les hace más vulnerables a las bajas temperaturas. Por otra parte, como su circulación sanguínea es más lenta, tienen una mayor dificultad para conservar el calor en esas partes del cuerpo. Es trascendental que estén bien abrigados para mitigar el riesgo de congelaciones, que en su caso pueden tardar más en sanar debido a que poseen una menor regeneración celular”.
- Hidratarse de forma constante: aunque en invierno la sensación de sed es menor, el cuerpo sigue perdiendo líquidos. Por lo tanto, se debe beber agua o infusiones tibias durante el entrenamiento para no perder el equilibrio hídrico.
- Incrementar la ingesta calórica: ante temperaturas bajas, el organismo necesita más energía para garantizar un rendimiento óptimo y una recuperación adecuada. Bajo esta perspectiva, es sugerible incorporar alimentos como frutos secos, aguacates, plátanos y barritas energéticas para compensar el gasto energético adicional que el cuerpo usa para mantenerse caliente.
«Ante cualquier signo de malestar durante el ejercicio en climas fríos, como mareos, falta de aliento, dolor en el pecho o entumecimiento en las extremidades, es esencial detener la actividad de inmediato y consultar a un médico, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta. Estos síntomas pueden indicar problemas serios como hipotermia, problemas cardíacos o lesiones en los tejidos. Ignorarlos podría empeorar la situación y aumentar el riesgo de complicaciones graves. Es mejor prevenir y recibir una evaluación médica cuanto antes», advierte el entrenador personal de Blua de Sanitas.