En el entorno laboral actual, marcado por la digitalización y la evolución constante, las competencias que los jóvenes necesitan para asegurar su empleabilidad están experimentando una rápida transformación. En este contexto, las empresas buscan perfiles altamente cualificados que combinen conocimientos técnicos especializados con soft skills, además de un dominio avanzado de las herramientas digitales. Así, este cambio de paradigma plantea nuevos desafíos, pero también abre oportunidades significativas para quienes estén preparados.
Según el informe “Jóvenes y Mercado de Trabajo”, elaborado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social de España, entre las principales competencias que las empresas buscan en las nuevas generaciones destacan las habilidades técnicas, como los conocimientos específicos del área de estudio; las competencias digitales, como el manejo de herramientas tecnológicas y plataformas digitales; el dominio de idiomas, principalmente el inglés; y las habilidades blandas o soft skills como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
El informe “Future of Jobs Report 2023” del Foro Económico Mundial, por su parte, confirma que la transformación digital está cambiando rápidamente el panorama laboral. De esta manera, se estima que, en los próximos cinco años, el 44% de las competencias básicas de los trabajadores cambiarán, y un 23% de los empleos se transformarán significativamente debido a la adopción de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el big data. Además, el 86% de las empresas prevén la adopción de plataformas digitales, lo que incrementará la demanda de competencias tecnológicas. Asimismo, el pensamiento analítico y creativo se convertirá en una habilidad esencial, con un 55% de los empleados que necesitarán mejorar esta competencia.
Juan Luis Moreno, Partner & Managing Director de The Valley, afirma: «En The Valley, estamos viendo muy de cerca este cambio en la forma en que las empresas abordan el talento joven. Las compañías buscan profesionales que, además de tener conocimientos específicos, sean capaces de adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos y posean una mentalidad abierta y creativa. En un mundo cada vez más caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (VUCA), la clave está en el lifelong learning o aprendizaje a lo largo de la vida, es decir, un enfoque continuo y voluntario hacia una formación práctica que permita a los jóvenes no solo estar al día con las tecnologías, sino también anticiparse a los cambios del mercado. Esta orientación proactiva será crucial en la próxima década, donde la flexibilidad y la capacidad de aprender de manera ágil determinarán el éxito profesional.»
En este sentido, y a partir de este análisis, los expertos de The Valley Business & Tech School han identificado las competencias clave que las generaciones emergentes deberán desarrollar para aumentar su empleabilidad:
- Competenciasdigitales y tecnológicas avanzadas. En un mundo donde el 86% de las empresas adoptarán tecnologías digitales, es indispensable que los perfiles más junior dominen herramientas como el big data, la inteligencia artificial y el cloud computing, fundamentales para los sectores tecnológicos y aquellas áreas de negocio que dependen cada vez más del análisis de grandes volúmenes de datos y la automatización de procesos. Además, la gestión de plataformas digitales es igualmente crucial, ya que les permitirá acceder a empleos en áreas emergentes y destacar en roles tradicionales que están siendo transformados por la digitalización.
- Pensamiento analítico y creativo.Las nuevas generaciones deben desarrollar la capacidad de analizar datos, identificar patrones y extraer conclusiones útiles para la toma de decisiones, mientras que, al mismo tiempo, deben ser capaces de proponer soluciones innovadoras. La creatividad ya no es solo un valor añadido en industrias artísticas, sino una herramienta esencial en sectores como el desarrollo tecnológico, el marketing digital y la gestión empresarial. Por ejemplo, la innovación en productos y servicios digitales requiere tanto un enfoque metódico como la capacidad de pensar de manera disruptiva. Este pensamiento combinado será clave para resolver los retos de la transformación digital y proponer nuevas oportunidades de negocio.
- Adaptabilidad y resiliencia.A medida que el mercado laboral cambia, las empresas buscan profesionales que puedan adaptarse rápidamente a entornos cambiantes y asumir nuevos roles con facilidad. La adaptabilidad no solo implica aprender nuevas tecnologías o habilidades, sino también la capacidad de ajustarse a diferentes estructuras de trabajo, como el trabajo remoto o híbrido, y de integrar nuevas herramientas de colaboración virtual. Del mismo modo, el nuevo talento debe aprender a gestionar la incertidumbre y recuperarse de los fracasos o desafíos inesperados sin perder la motivación o el enfoque en los objetivos a largo plazo. Esto es vital en un contexto donde la transformación digital puede provocar cambios continuos en las funciones y responsabilidades laborales.
- Habilidades en comunicación y liderazgo digital.En un entorno de trabajo cada vez más colaborativo y distribuido, las habilidades de comunicación han adquirido una nueva dimensión. No solo es importante comunicarse de manera efectiva en persona, sino también a través de medios digitales. Además, la capacidad de liderar equipos en entornos virtuales es una competencia que está ganando terreno, ya que el trabajo en remoto se está volviendo una norma. Las nuevas generaciones deberán aprender a gestionar proyectos de manera eficaz a través de estas plataformas, manteniendo la cohesión del equipo, asegurando la productividad y siendo capaces de resolver conflictos de manera digital. Un buen líder digital no solo dirige, sino que también inspira a su equipo a ser más autónomo y creativo en la búsqueda de soluciones.
- Mentalidad de aprendizaje continuo (lifelonglearning). En un mundo donde las tecnologías evolucionan constantemente, los juniors deben adoptar una mentalidad de aprendizaje permanente. Esto significa estar dispuestos a actualizar sus conocimientos y habilidades de forma continua, ya sea a través de capacitación formal o de autoaprendizaje. El lifelong learning también fomenta una mentalidad de crecimiento, donde el desarrollo profesional no se detiene al conseguir un empleo, sino que es un proceso constante de mejora y adaptación a nuevas oportunidades.