Hace 40 años, Steve Jobs anticipaba que todos tendríamos ordenadores y que literalmente viviríamos pegados a una pantalla. En 2024, estamos viviendo una revolución tecnológica incomparable: nunca antes hubo tantos avances distintos a la vez y a una velocidad similar.
El potencial de cambio que nos plantean muchos actores tecnológicos como la inteligencia artificial a todos los aspectos de nuestras vidas, a nuestra forma de vivir y trabajar es enorme, pero si hay algo evidente es que estamos al inicio de lo que está por venir.
Pero no todo son luces, no estamos suficientemente preparados para todo este tsunami, hay un acceso desigual a muchas de estas tecnologías y se están incrementando los problemas de exclusión social. Y para que no nos pille con el pie cambiado y podamos dar los pasos necesarios para adaptarnos a esta nueva realidad nos surgen muchas preguntas: ¿cómo nos adaptamos?, ¿será la IA una tecnología complementaria o ha venido a sustituir a la plantilla y dejarles sin empleo y sueldo?,
«¿Cómo conseguimos no perder el tren en la educación?, ¿y qué ocurre con las personas más vulnerables?, ¿son las nuevas tecnologías aliadas o enemigas para las personas con discapacidad intelectual? En Fundación TeReSA (Technology Research for Social Advance) nos hemos puesto manos a la obra y estamos trabajando en algunos de los “ángulos muertos” que se están generando para “no dejar a nadie atrás”.
La misión de Fundación TeReSA es resolver algunas de las barreras que se están generando para que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo tengan acceso a la formación necesaria y participen con normalidad en puestos de trabajo relacionados con la tecnología pero rompiendo moldes: nuestro reto es traspasar el centro de gravedad de la presencialidad en las empresas, donde convencionalmente se incorporan personas con discapacidad intelectual para resolver trabajos “de oficina” rutinarios y aburridos, a los centros especiales de empleo donde, en entornos más adaptados con supervisión y sin barreras culturales, de accesibilidad, etc., puedan desempeñar sus trabajos con todas las garantías.
Para conseguirlo, comenzaron hace unos meses a trabajar en los fundacionales de la plataforma técnica de Fundación TeReSA con 3 pilares:
- Habilitar a los centros especiales de empleo la posibilidad de publicar en la plataforma sus servicios en modo “marketplace”,
- Permitir a las empresas solicitar los trabajos.
- Permitir a las personas con discapacidad intelectual acceder a un entorno de trabajo seguro a resolver sus tareas. Y todo ello unido a la generación de contenidos de formación adaptados para las personas con discapacidad intelectual.
El proceso es muy simple, la Fundación TeReSA actúa de intermediaria entre la empresa y el centro especial de empleo con el que directamente se formaliza el contrato por el servicio con todas las garantías y seguridad.
De menos a más… En los primeros pilotos de la Fundación TeReSA con empresas y centros especiales de empleo como TASUBINSA y Gureak, las personas con discapacidad intelectual están realizando tareas como el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial para la extracción de entidades de documentos o la revisión de datos sintéticos. Vemos una mezcla de orgullo por lo que estas personas son capaces de conseguir y entusiasmo, en resumen, tenemos una percepción positiva. Si 2024 está siendo el año de los pilotos, 2025 será el año de la expansión del modelo a más empresas, más centros especiales de empleo y, en definitiva, más oportunidades para personas con discapacidad intelectual en el mundo laboral.
«El viaje continúa y estamos deseando ver la evolución de Fundación TeReSA como fuerza de cambio positivo en la inclusión de las personas con discapacidad intelectual en puestos de trabajo relacionados con la tecnología en 2025.»