En España hay alrededor de 300.000 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo. Suponen un 8,34% del total de personas con discapacidad y aproximadamente un 1% de la población total española.
Existen diferentes tipos de discapacidad intelectual, dentro de la que se incluye la discapacidad del desarrollo, y que hace referencia a síndromes como el de Asperger o el Trastorno del Espectro del Autismo, entre otros. En general, hablamos de personas con extensas o con limitadas necesidades de apoyo.
La definición de discapacidad intelectual pone el énfasis en cómo es el entorno de cada persona. Esto es así porque, en realidad, está en las manos de cada uno de nosotros y nosotras el hacer que el mundo sea más accesible para generar oportunidades para todas las personas. Las limitaciones de una persona están más relacionadas con el entorno en el que se desenvuelve que con sus capacidades.
Discapacidad y apoyos
La gran mayoría de estas 300.000 personas con discapacidad intelectual o del desarrollo tienen capacidad y autonomía para desempeñar un trabajo, siempre y cuando se hagan las adaptaciones o se presten los apoyos que necesita.
Cuando pensamos en adaptaciones siempre nos viene la imagen de un ascensor o de un semáforo con señal acústica…, pero para la mayoría de las personas nos resulta difícil imaginar cuáles son las adaptaciones que necesitan las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo.
Por poner varios ejemplos, adaptaciones como utilizar un lenguaje sencillo, dar indicaciones claras o hacer un desglose ordenado de las tareas necesarias, van a facilitar que muchas más personas puedan participar.
Las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo aprenden y son muy fiables en las tareas que realizan, pero su desempeño depende de nuestra capacidad para enseñar. La rutina y las tareas repetitivas dan seguridad a la mayoría de las personas de este colectivo. En general, les gusta hacer la misma tarea de manera reiterada y tienen capacidad de mantener la atención.
Esto hace que tareas como el entrenamiento de algoritmos o la revisión del proceso de manera continua, así como otras referentes a ciberseguridad sean perfectas para muchas personas con discapacidad intelectual y del desarrollo. De hecho, estas personas son más fiables y cometen menos errores realizando estos ejercicios que otras sin discapacidad.
La Fundación TeReSa (Technology Research for Social Advance) se creó con el objetivo principal de crear oportunidades de empleo para este colectivo, que es el que menos oportunidades tiene dentro del mundo de la discapacidad.
La Fundación tiene una doble misión: capacitar a las personas trabajadoras y empresas para conocer qué es la discapacidad intelectual o del desarrollo y descubrir su potencial y capacitar a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo para la realización de este tipo de tarea, porque ellas también necesitan ser formadas. En definitiva, el objetivo es ser el puente que une la capacidad de este colectivo con las necesidades de las empresas.
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