La Inteligencia Artificial (IA) promete revolucionar la atención sanitaria y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Precisamente, la Unión Europea ha marcado su adopción como una apuesta estratégica en todos los países de la UE y la inversión en salud en IA llegó a un global de 6.900 millones de euros hace solo tres años, estimándose que se multiplicará por 10 antes de que acabe la década.
La proliferación de programas académicos y oportunidades de investigación que combinan IA y medicina ha motivado a estudiantes de todo el mundo a explorar cómo esta puede continuar mejorando la respuesta sanitaria y aumentar la resiliencia del sistema sanitario global. Es por eso por lo que empresas como ASHO, líder en codificación sanitaria y asesoramiento hospitalario, ofrecen oportunidades a los jóvenes comprometidos. En concreto, ASHO ya cuenta con dos estudiantes internacionales en prácticas en el departamento de IA de países como EEUU y Francia.
«Estamos orgullosos de colaborar con esta nueva generación de talentos que están apostando por la formación en IA para el impulso de la innovación en la atención médica y la gestión hospitalaria», afirma Ruth Cuscó, directora gerente de ASHO, consciente del potencial transformador de la IA en la detección temprana de enfermedades, el desarrollo de tratamientos individualizados para cada paciente y la optimización de los sistemas de salud, entre otras.
Motor de cambio
Cuscó explica la visión que ha tenido ASHO en su apuesta por la IA: “Entendemos que la Inteligencia Artificial no solo es una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia y precisión en la gestión de la información hospitalaria, sino también un motor de cambio que puede transformar radicalmente el sector salud”.
Además, el interés por los estudiantes en este sector puede suponer una captación de talento en empresas del país como ASHO. “Su incorporación no solo nos permite seguir innovando y mejorando nuestros servicios, sino también contribuir al desarrollo profesional de futuros líderes en este campo tan crucial», concluye Cuscó.