La jornada intensiva de verano es un modelo de trabajo en el que se concentran las horas laborables en una parte del día, normalmente en la mañana. En definitiva, es la jornada laboral que realiza un empleado de forma ininterrumpida (a excepción de los 15 minutos de descanso obligatorios por ley para jornadas superiores a 6 horas seguidas).
Este formato de trabajo es especialmente popular durante los meses de verano, permitiendo a los empleados disfrutar de tardes libres mientras mantienen su rendimiento y productividad durante las mañanas. Aunque hay empresas que la aplican todos los viernes del año, siendo una buena opción de conciliación al condensar la jornada laboral en menos horas.
El horario específico de la jornada intensiva puede variar según la empresa y su convenio colectivo. Sin embargo, un horario intensivo de verano habitual sería de 8:00 a 15:00 horas. Las fechas, en el caso de que se establezca la jornada intensiva, están sujetas también a las directrices de la compañía. El 1 de junio es el primer día, mientras que el 30 de septiembre es la última jornada en la que se puede realizar durante el período estival.
Los expertos de Savia Salud Digital MAPFRE nos traen cuáles son las ventajas de tener durante los meses de verano jornada intensiva. Al verse reducidas las horas de permanencia en la oficina, el trabajador puede llegar a tener una mayor capacidad de planificación, y, sobre todo, de concentración. Pero esta no es la única ventaja de la jornada intensiva de verano:
- Mejora de la conciliación laboral y personal: El horario intensivo de verano ofrece la posibilidad de disponer de más tiempo libre durante el día. Esto permite a los empleados disfrutar de una mejor conciliación entre su vida laboral y personal.
- Mayor productividad: La concentración y el rendimiento tienden a ser mayores en las primeras horas del día.
- Bienestar de los empleados: Los empleados pueden evitar las horas más calurosas del día y gozar de mayor tiempo de ocio, mejorando su bienestar físico y emocional.
- Posibilidad de ahorro: Al evitar las horas pico de luz y calor, las empresas pueden reducir costos energéticos y de climatización. Además de reducirse los desplazamientos.
- Menor absentismo laboral: Más tiempo libre equivale a más descanso. Esta es la fórmula imprescindible para garantizar la salud laboral de los empleados y, además, cubrir otros aspectos relacionados con gestiones o citas externas que coincidan con la jornada de trabajo.