Con la llegada del verano, son cada vez más las empresas que adoptan la jornada laboral intensiva, que se prolonga durante algunas semanas entre los meses de junio y septiembre. Se entiende como jornada laboral intensiva la que comienza entre las 8:00h y las 8:30h y termina entre las 15:00h y las 15:30h, con el objetivo de brindar una mejor calidad de vida a los empleados que disponen, así, de las tardes libres para conciliar mejor entre vida laboral y personal.
En España se estima que cerca de un 20% de los trabajadores goza de jornada intensiva en verano, y los indicadores muestran que esta es una tendencia al alza. “Se trata de una medida que los empleados agradecen, en un contexto en que, cerca del 50% de los profesionales, afirma sufrir burnout, agotamiento o fatiga, según recoge la última edición de nuestra Guía del Mercado Laboral”, afirma Fernando Calvo, director de People & Culture en HAYS para el Sur de Europa, quien pone en valor el impacto positivo de la jornada intensiva veraniega en el bienestar de los trabajadores durante una época del año en la que, dependiendo del sector y los mercados, generalmente desciende el volumen de trabajo.
“En muchos casos, los síntomas de ese agotamiento se mitigan durante el período estival, gracias a una jornada laboral que deja las tardes libres y acerca a las personas la sensación de tener las vacaciones a la vuelta de la esquina”, añade el director.
Pero, además de para mejorar la calidad de vida de las plantillas y retener talento, la jornada intensiva también puede ser la clave a la hora de atraer nuevos talentos. “Todas las iniciativas que supongan mejores condiciones en el día a día laboral y que apuesten por la flexibilidad y la conciliación contribuyen a ello, más allá de aspectos más clásicos como la retribución salarial. Dentro de la propuesta de valor que permite atraer profesionales hacia nuestra organización, la conciliación y la gestión del tiempo laboral juega un papel cada vez más importante, sobre todo para las generaciones más jóvenes”, argumenta Calvo.
La jornada intensiva ante la Ley de Usos del Tiempo
Los expertos de HAYS no prevén que la posible entrada en vigor de la Ley de Usos del Tiempo en el ámbito de la empresa privada, que rebajaría la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales, pueda poner en entredicho la aplicación de la jornada intensiva.
“Mi percepción es que, en todo caso, dependerá de cada empresa y sector, pero no creo que se deje de aplicar. Hemos visto claramente cómo, en los últimos 10 años, se ha ido normalizando cada vez más su aplicación. Y, sobre todo desde el Covid, en el que la percepción de la conciliación ha cambiado radicalmente tanto para las empresas como para profesionales, se ha demostrado que la jornada intensiva contribuye a mejorar los resultados y la competitividad”, razona Fernando Calvo, quien apostilla: “esta es una medida tan beneficiosa que, claramente, ha llegado para quedarse”.