La creatividad nace de la angustia como la noche nace del día, fue en lo peor de la pandemia cuando Jose Luis Martinez Jiménez, profesional de la seguridad y salud de la Sanidad Madrileña registró en la Propiedad Intelectual de la Comunidad de Madrid, el proyecto “Por un Trabajo Saludable” primer programa registrado del país que establece los cimientos para convertir cualquier organización en un espacio saludable, porque para este modelo el tamaño de la empresa no importa y si son fundamentales otros aspectos; el liderazgo, el compromiso y la participación. Por tanto, estamos hablando de un modelo que favorece la competitividad, sostenibilidad y productividad.
Uno de los nuevos desafíos que tenemos por delante, es la conversión de los lugares de trabajo en espacios saludables. En este modelo, se contempla un nuevo paradigma, tener una población trabajadora más sana mediante la puesta en marcha de prácticas e iniciativas de promoción de la salud; actividad física, salud psicosocial, flexibilidad horaria y conciliación, el envejecimiento activo, menús saludables… etc.
Con el proyecto, se pretende demostrar que invertir en el modelo saludable no es un gasto, sino una inversión y la promoción de la salud puede ser un vehículo de eficiencia para las mismas. En la situación actual deben plantearse nuevos retos (la reducción del absentismo y presencialismo laboral, la mejora de la conciliación, el envejecimiento activo, el aumento de la productividad…) y dirigir sus esfuerzos más allá de la mera catalogación y determinación de los riesgos laborales. Para ello, debe dotarse de recursos que promuevan comportamientos seguros, así como implantar actitudes y conductas saludables que sean válidas para el entorno de trabajo y para la dimensión social de la persona.
Partimos que la evolución hacia el modelo saludable deberá hacerse, idealmente, con el compromiso de las Direcciones, bajo el liderazgo de las áreas de Recursos Humanos en las grandes empresas y los Servicios de Prevención Ajenos en las pymes, explicando la hoja de ruta hacia dónde se quiere ir y haciendo participar a todos los integrantes del centro de trabajo, para que lo sientan como propio. De esta manera, se conseguirá que aflore el orgullo de pertenencia a la organización al conseguir que los profesionales se conviertan en sus mejores embajadores. Este es uno de los factores claves de éxito, la transversalidad del programa.
El proyecto contiene una fase inicial de análisis/diagnóstico y recogida de datos, la creación de un grupo de trabajo coordinador, el diseño de un catálogo de actividades para el fomento de la salud biopsicosocial impulsado y liderado por los profesionales asignados, la implantación de actividades concretas y por último, la evaluación de resultados.
La implantación del proyecto “Por un Trabajo Saludable” y su puesta en práctica constituirá un avance en la integración de los hábitos saludables en los sistemas de gestión, reportando múltiples beneficios, tanto para las organizaciones como para los trabajadores.
Por tanto, para poder defender una reestructuración del sistema orientada a impulsar el modelo saludable y promover su importancia, los representantes de los trabajadores es su deber sensibilizar a la población laboral de la importancia de entender la promoción de la salud en el puesto de trabajo como una reivindicación más de la profesión.
Para desarrollar el marco estratégico seguimos el análisis DAFO a través del cual vemos como debilidades:
- El cambio de cultura que se debe realizar pasando de un rol de presentismo laboral a un agente activo canalizador de propuestas.
- Un modelo directivo jerárquico y vertical que se transforma por una organización transversal y con un liderazgo más cercano al estilo “Laissez faire”.
- Un cambio de modelo de producción previamente basado en su orientación a tareas por otro orientado a los resultados en salud en la población.
En cuanto a las posibles amenazas que podemos encontrar:
- Una falta de colaboración de los agentes externos, servicios de prevención ajenos, agentes sociales, colegios profesionales y organismos oficiales al no sentir como propio el proyecto.
- Una resistencia al cambio de los propios profesionales.
Para el desarrollo del proyecto “Por un Trabajo Saludable” se tendrán en cuenta los datos de los hábitos saludables de cada organización, en relación al sedentarismo, la escasa actividad física y la alimentación y, para poder vertebrarlo, ayudarían las siguientes acciones: participación de los empleados en las iniciativas, fomentar la acuerdos de colaboración con administraciones municipales y regionales que involucren y conciencien a la ciudadanía (difusión de campañas en medios de comunicación) y sensibilizar desde los servicios de prevención respecto a su papel de educadores sobre la promoción de los hábitos saludables, mediante la implicación de los agentes sociales para promover unas condiciones saludables en el ámbito laboral.
Este modelo basado en el modelo establecido por la OMS, ofrece documentación técnica avanzada con el propósito de acompañar a las organizaciones y servicios de prevención en el proceso de transformación y certificación en empresa saludable, mediante un conjunto de prácticas herramientas:
- Check-list inicial para conocer el diagnóstico de “empresa saludable”.
- Un argumentario que expone los beneficios de convertirse en “empresa saludable”. El conjunto de beneficios han de ser medidos directa o indirectamente (los beneficios intangibles se miden en función de la mejora de la conciliación, fomento de la motivación y nivel de compromiso, etc) y su repercusión en la reducción del absentismo, mejor gestión del envejecimiento activo y, en definitiva, transformar la promoción de la salud en una inversión.
- El plan de recursos de financiación adicional o de actividades no incluidas en los presupuestos habituales, adjuntando un cuadro de costes con el que realizar una estimación económica de la inversión que supone el beneficio de la salud y bienestar laboral.
- Asesoramiento sobre cómo implantar el sistema de gestión de empresa saludable, en la elaboración, implantación, evaluación y revisión del Plan de Modelo Saludable.
- Líneas de intervención que promueven con carácter conductual hábitos, tanto a nivel individual como a nivel organizacional. El proyecto engloba un catálogo abierto de más 140 iniciativas o acciones saludables distribuidas en diferentes áreas (mejora del entorno físico de trabajo, en la alimentación saludable, del bienestar emocional, del entorno comunitario y medioambiental, de la prevención del tabaquismo, de la ergonomía, prevención del riesgo cardiovascular, a nivel de la seguridad vial, flexibilidad horaria, conciliación, envejecimiento activo, entre otras acciones)
- La estrategia de desarrollo del programa incluye como fases: Presentación, Información y Sensibilización/ Diagnóstico / Adhesión al programa / Plan de Acción / Seguimiento.
- Medición del Programa. El número de potenciales indicadores puede ser infinito, debiéndose adaptar a las particularidades de cada centro y al objetivo establecido. Algunos ejemplos: (número de evaluaciones e intervenciones psicosociales. número y resultados de encuestas de clima laboral, horas dedicadas al ejercicio físico, número de convenios con centros deportivos externos, número de talleres de deshabituación tabáquica, bajas atribuidas a factores psicosociales, número de horas de formación de la escuela de espalda, número de horas de formación en talleres prácticos de estrés laboral, registro de situaciones conflictivas, número de consultas (programadas y a demanda) del programa (PAE)
- Para hacer visible el trabajo desarrollado se planteará las siguientes Certificaciones: Adhesión a la Declaración de Luxemburgo que en España emite el INSHT y Certificado Modelo de Empresa Saludable de AENOR.
- Material de soporte para fomentar la comunicación interna del proyecto.
- Proyección exterior, rentabilidad y salario emocional: ¿Para qué es importante este “modelo saludable”?
Finalmente, el programa “Por un Trabajo Saludable” aspira a desarrollarse e implantarse con carácter voluntario en cada centro para que se adapte a sus propios contextos y realidades, aprovechando los recursos internos para su ejecución (profesionales de prevención de riesgos laborales, recursos humanos, fisioterapeutas, psicólogos, nutricionistas, etc.) y con la participación e implicación de todos los profesionales.
Por lo tanto, es el momento de que las organizaciones consideren integrar en su gestión global, los programas cuyo objetivo sea el bienestar de sus empleados, de tal forma que abanderen el camino hacia lo que conocemos como “Empresa Saludable” que, sin duda, constituye una inversión de futuro: gente sana en organizaciones sanas.