Se cumplen 6 meses desde que la evaluación del desempeño y la carrera profesional entre los empleados públicos y funcionarios han pasado a ser obligatorias en España. Algo que hasta ahora era implementado únicamente por las empresas privadas afecta ya al sector público, lo que es muy positivo según la Product Manager de Hrider, Rocío Valenzuela, que como empresa referente del mercado en este sector hace un balance tras su instauración el pasado 21 de diciembre: “Cualquier organización, también la de una administración pública, necesita avanzar hacia un modelo de gestión del talento basado en competencias y habilidades. En el caso de los empleados públicos y funcionarios, esta medida es un gran paso para dotarlos de las habilidades necesarias para realizar tareas que satisfagan las necesidades públicas y las demandas de la sociedad, y que fortalezca las estructuras administrativas”.
Este proceso es clave para las organizaciones de cualquier tamaño o sector, pues todas las instituciones en el mundo dependen de su equipo humano, por lo que es fundamental alinear el desarrollo individual de cada empleado con los objetivos de desarrollo de la organización. Para lograrlo, los departamentos de Recursos Humanos recurren a la evaluación del desempeño pues les permite implementar procesos de mejora continua y contar con datos para la toma de decisiones estratégicas.
En esta evaluación se mide cómo cada trabajador desempeña sus competencias profesionales, el alcance de sus metas o cómo de alineado está con los valores corporativos o las funciones propias del cargo que ocupa. La evaluación del desempeño tiene un impacto muy positivo en la cultura de la organización, pues consigue empleados más motivados, aumenta el compromiso y disminuye el síndrome de burnout o síndrome del quemado, detecta el talento, mejora la comunicación y el plan de carrera de los empleados, permite hacer un seguimiento de la evolución histórica de un trabajador, proporciona un feedback constructivo y ahorra costes.
En la nueva ley se hace mención a que las administraciones públicas tienen que establecer sistemas que permitan la evaluación del desempeño de sus empleados, destacándola como un derecho del trabajador, igual que el derecho a tener una carrera profesional.
La finalidad de la implantación de la evaluación del desempeño es la de mejorar la productividad y la calidad de los servicios públicos. Para quienes superen estas evaluaciones habrá beneficios directos como en la remuneración del complemento de desempeño, que sustituye al complemento de productividad. También ayudará a la progresión en la carrera profesional mediante concursos de méritos para la provisión de puestos de trabajo y para el acceso a la formación.
La participación en los procesos de evaluación del desempeño es obligatoria para todos los empleados públicos y funcionarios. Estos procesos se realizarán anualmente y no están ligados al despido, por lo que los resultados negativos no suponen la pérdida de la condición de funcionario. Sí se promoverán procesos de formación para la mejora del empleado que no haya superado la evaluación del desempeño.
Según apunta Valenzuela, “Hrider se adapta perfectamente a los requisitos de la evaluación del desempeño para empleados públicos y funcionarios, ya que nuestra herramienta permite que el modelo sea flexible en función de las competencias, capacidades y conocimientos necesarios para el acceso a los diferentes cuerpos, escalas, o categorías, y mixto, es decir, basado tanto en los conocimientos como en la evaluación de competencias y habilidades”.
“Además, -continúa- nuestra plataforma permite completar el modelo con su dimensión social, para garantizar la diversidad social y territorial en el acceso al empleo público. Gracias a las evaluaciones del desempeño, siempre que elijamos un software ágil, podremos conocer las fortalezas y debilidades de cada miembro del equipo y sabremos crear el mejor plan de acción para que el talento aflore todavía más. Así, ayudaremos a fomentar el aprendizaje continuo e incluso a preparar a la persona evaluada para futuras promociones internas”.
En Hrider, tras la evaluación, cada supervisor tiene los informes con los datos necesarios para dar el mejor feedback y crear un plan de acción individual basado en ese feedback. Como supervisores, hay que averiguar qué se quiere lograr, a qué fortalezas se les puede sacar partido, qué competencias se pueden llevar a un nivel todavía más alto y qué áreas de mejora son necesarias o simplemente no afectan en las tareas de la persona.