El 68,5% de las pymes españolas considera que el teletrabajo no aumenta la productividad de sus empleados, según un estudio realizado por Sharp entre más de 5.770 responsables de tecnología de 11 países europeos. En concreto, un 50,2% de los consultados cree que no hay diferencia en términos de productividad entre el trabajo en la oficina o fuera de ella, mientras que un 18,2% señala que esta es menor en el caso de los empleados que teletrabajan. En el otro extremo, sólo un 27% considera que el teletrabajo aumenta el rendimiento de sus empleados.
Según constata el estudio de Sharp, la gestión de las incidencias derivadas del trabajo híbrido (26%) y la falta de competencias informáticas básicas de los trabajadores (24%) son dos de los principales retos tecnológicos a los que tienen que hacer frente las pymes de nuestro país para no limitar la productividad del teletrabajo.
Preguntados por los factores específicos que impactan negativamente en la productividad de los empleados que teletrabajan, el 38% de los responsables de TI señala la disponibilidad de una banda ancha deficiente, seguida de la falta de asistencia técnica (37%) y la configuración deficiente del puesto de trabajo (36%), concretamente su ubicación o el montaje del escritorio.
Asimismo, el estudio revela que la falta de habilidades de los empleados con aplicaciones de videollamada (30%) o con las aplicaciones de Office 365 (17,5%) también repercuten negativamente en la productividad de los empleados fuera de la oficina.
Por último, en relación con su grado de satisfacción con la labor de su proveedor de soporte informático para implementar un plan de trabajo híbrido, sólo el 28% de los responsables de TI se muestra muy satisfecho. Entre estos, más del 70% confía en la capacidad de su proveedor para resolver los problemas técnicos de los usuarios, así como para ofrecer soluciones de continuidad de la actividad, en caso de incidencia.
Según, Colin Blumenthal, vicepresidente Servicios de TI de Sharp Europe, “nos encontramos en un momento clave para aumentar notablemente las oportunidades de mejora de la productividad dentro y fuera de la oficina y, por tanto, la competitividad de las pymes. Las empresas con menos conocimientos podrían encontrarse en una situación de gran desventaja, según se vayan integrando funcionalidades como las que brinda la IA en el software empleado. En este sentido, -añade Blumenthal- las empresas deben actuar ya para abordar este déficit de competencias, empezando por las herramientas básicas que los empleados utilizan a diario, ya sea en casa o en la oficina».