La actividad industrial en España contribuye a la creación de valor añadido, inversión en capital e innovación. Según datos recogidos por Robert Walters, consultora líder global en búsqueda y selección especializada, el empleo industrial ha caído un 19%, registrando una disminución de más de medio millón de profesionales desde la crisis inmobiliaria y financiera de 2008. Desde entonces, en España solo 3 de cada 100 nuevos empleos pertenecen al sector industrial.
Cabe destacar que 5 ramas de actividad concentran casi la mitad del empleo industrial en España (INE): industria alimentaria (18%), fabricación de productos metálicos (11%), fabricación de vehículos de motor (5,70%), actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación (5%) y reparación e instalación de maquinaria y equipo (4%).
En cuanto a localización, destaca el buen comportamiento del empleo en las provincias de Álava, Soria, Burgos, La Rioja y Palencia.
“A pesar de que las cifras reflejan la caída del empleo desde los máximos previos a la crisis, todavía seguimos con 500.000 empleos menos que en 2008. La industria ha vivido un proceso de reconversión, transformación y profesionalización que lleva a crear menos empleo, pero con una mayor calidad que en el pasado. Hay que apoyar a la industria por su papel estratégico en la creación de oportunidades profesionales fuera de las grandes ciudades, con el fin de que aumenten su tamaño como organización para poder ser más productivas y, por tanto, más rentables”, comenta Guillermo Julio Sáez, responsable del área de Talento, Estudios de Mercado y Compensación en Robert Walters.
La importancia de la empresa familiar en la industria
El 99% de las compañías industriales son pymes con menos de 250 trabajadores. Según el IEF, la empresa familiar representa el 83% del total de las compañías del sector industrial. Dentro de este segmento tiene una importancia clave la exposición al mercado global de industrias familiares consolidadas, grandes generadoras de empleo.
“La empresa familiar actúa como elemento vertebrador de la riqueza, para que llegue a todos los rincones del país. Pero para ello, necesitan más apoyo y menos trabas burocráticas para conseguir un mayor dinamismo y capacidad de inversión, que se traducen en más generación de empleo de calidad”, argumenta Guillermo Julio Sáez.
En el citado informe Industria y empresa familiar de la consultora Robert Walters, se ha preguntado a diferentes empresas familiares qué les preocupa en materia de empleo y gestión de talento, entre las que destacan:
Relevo generacional
Una de las características del empleo en parte de las compañías industriales es la elevada antigüedad de colectivos clave, pero sin que exista un conocimiento institucionalizado de ciertas áreas. La jubilación paulatina de estos profesionales supone un riesgo para muchas empresas que no encuentran sustitutos en el mercado.
Costes laborales
En los últimos años el SMI ha aumentado un 54% junto con la introducción de nuevos mecanismos que impactan en los costes laborales independientemente del tamaño de la compañía y la región donde este ubicada. Esta situación, junto con la inflación salarial, ha impactado principalmente en las compañías más pequeñas.
Choque cultural
La incorporación de talento junior a las industrias está generando un choque cultural debido a las nuevas formas de relacionarse con el trabajo por parte de nuevas generaciones. En las compañías familiares, las costumbres, políticas y procesos pueden estar más arraigadas, lo que puede provocar menor flexibilidad y orientación al cambio, dando lugar a más conflictos por la cultura de la compañía.
Escasez de talento
La escasez de talento es una problemática común en todos los sectores que se agrava fuera de los grandes centros de inversión. La industria y la empresa familiar de todas las regiones de España se enfrenta a una escasez de talento ante el relevo generacional, las preferencias de las nuevas generaciones y el desacople entre las necesidades reales y el sistema educativo.