En un contexto laboral en constante cambio, el equilibrio entre la vida personal y profesional se convierte en un punto determinante para la satisfacción y retención de los empleados. Según el Informe Workmonitor realizado por Randstad a nivel global, un estudio realizado a más de 27.000 trabajadores de 34 países, entre ellos España, casi la mitad de ellos dejaría su empleo si le impidiera disfrutar de su vida personal.
“Las tendencias están cambiando y cada vez cobra más importancia el salario emocional. Las empresas tienen que reinventar su propuesta de valor a la hora de atraer el talento y adaptarse a las necesidades de las distintas generaciones que conviven en las empresas”, afirma Javier Martín, director de Talento de Randstad España.
Para contextualizar, la pandemia del COVID-19 no solo puso en jaque el modelo de trabajo presencial, sino que redefinió las prioridades a la hora de escoger un trabajo. La capacidad de trabajar desde cualquier lugar o la flexibilidad en los horarios llegaron para quedarse y el mundo laboral se vio obligado a adaptarse a las nuevas necesidades. Todo esto se refleja en el Workmonitor 2024 de Randstad, la empresa especializada de talento líder en el mundo, que destaca que el 24% de los encuestados españoles han hecho cambios en su vida como el de mudarse, basándose en la suposición de que el trabajo desde casa es ya una realidad ineludible.
Es evidente que el cambio en las dinámicas laborales ha trascendido las fronteras del ámbito profesional, generando un impacto significativo en las decisiones de vida de los trabajadores. Tanto es así, que el 29% se plantearía dejar su trabajo si se les pidiera pasar más tiempo en la oficina, mostrando una clara preferencia por la flexibilidad que ofrece el trabajo a distancia.
Tal y como dice Martín, “es evidente que la pandemia supuso un cambio no solo en la manera de trabajar sino en la manera de ver el trabajo. Flexibilidad, conciliación y bienestar así como el alineamiento entre valores propios y los de la empresa han pasado a ser una prioridad en el mercado laboral. Las empresas deben ser conscientes de ello y adaptarse a estas nuevas prioridades”.
En este nuevo escenario, los empresarios deben comprender que la motivación y ambición de los trabajadores no solo implica una progresión profesional, sino que el salario emocional, todos aquellos beneficios no económicos que te permiten satisfacer necesidades personales y la calidad de vida, como la conciliación familiar, la formación continua o el bienestar físico y emocional, cada vez tienen una mayor importancia, en ocasiones, mayor que el salario. El 59% de los participantes expresaron que no aceptarían un trabajo si percibieran que puede perjudicar su equilibrio entre trabajo y vida personal, y el 46% estaría dispuesto a dejar un trabajo si este le impidiera disfrutar plenamente de su vida.
El talento, además, busca empresas afines en las que puedan presentarse plenamente. Los principios e ideales de cada persona también tienen un gran peso a la hora de escoger un trabajo y permanecer en él. La alineación con los puntos de vista de la dirección se revela como un factor decisivo, ya que el 37% no aceptaría un trabajo si no estuviera de acuerdo con las perspectivas de la dirección.
La formación continua y las oportunidades de desarrollo también emergen como cruciales, y más de un tercio afirma que no aceptaría un trabajo que no ofreciera formación para preparar sus capacidades para el futuro. Los empleados consideran importante la inversión en el crecimiento profesional.
“En este contexto laboral cambiante, es vital que las empresas no solo ofrezcan oportunidades de desarrollo, sino que también se alineen con los valores y expectativas de sus empleados. La fidelización del talento va más allá de los beneficios económicos; la inversión en formación y desarrollo profesional, combinada con una dirección que comparte visiones, se convierte en un factor diferenciador. Aquellas organizaciones que mejor abracen esta realidad estarán mejor posicionadas para atraer y fidelizar el talento necesario para lograr sus objetivos estratégicos», concluye Martín.
En resumen, se plantea un nuevo contexto en el que el salario emocional cada vez cobra una mayor importancia y la conciliación, la flexibilidad, el bienestar y el crecimiento profesional se han convertido en los elementos clave para atraer y retener el talento.