Según datos proporcionados por la consultora Mordor Intelligence, el mercado mundial de gamificación alcanzó un valor de 58 mil millones de dólares en 2023 y se proyecta que experimentará un crecimiento al alza en los próximos años. Esta tendencia creciente se extiende a través de sectores diversos, siendo las entidades financieras uno de los principales beneficiarios de esta revolucionaria herramienta.
La gamificación consiste en incorporar aspectos lúdicos en entornos no recreativos. En el sector financiero, tareas como verificar saldos, efectuar pagos o llevar a cabo transferencias pueden parecer monótonas, especialmente para los usuarios más jóvenes. Esta estrategia aborda dicha percepción al integrar elementos recreativos, transformando la experiencia en algo atractivo y participativo.
La implementación de esta tecnología en las transacciones bancarias genera un beneficio mutuo tanto para las entidades financieras como para los usuarios finales. Por ejemplo, en lo que lo respecta a los usuarios; posibilita la acumulación de puntos que pueden ser canjeados por premios, incentivando su participación y compromiso. Al mismo tiempo, las entidades financieras refuerzan la lealtad y el vínculo con sus clientes al personalizar sus ofertas según las necesidades y comportamientos individuales. La gamificación no solo proporciona diversión, sino que también se convierte en una herramienta esencial para asistir a las instituciones financieras en la consecución de sus objetivos.
«La gamificación ha surgido como una estrategia innovadora en la industria financiera, convirtiendo lo que antes se consideraba tedioso en una experiencia educativa», señaló Gabriela Giannattasio, VP de EMEA para Veritran. «Especialmente relevante para las nuevas generaciones, este enfoque se presenta como una manera afable de familiarizar a los jóvenes con el mundo financiero. Al ofrecer experiencias rápidas, seguras y accesibles, junto con elementos lúdicos, se configura un atractivo conjunto para este sector de la población”.
La gamificación no solo premia las prácticas de los usuarios, sino que también se extiende a áreas como el proceso de onboarding, la recuperación de cuentas personales y la identificación del perfil de inversor de cada cliente. Se ha demostrado que las dinámicas de juego aceleran el proceso de aprendizaje, proporcionando una herramienta efectiva de educación financiera.