El síndrome del impostor define a una sensación de inseguridad en el terreno laboral. Este fenómeno psicológico no está diagnosticado como un trastorno psicológico como tal, pero es cierto que muchas personas padecen este síndrome.
El trabajador o trabajadora considera que no es lo suficientemente capaz de llevar a cabo su puesto, cree que no se merece su puesto, por lo que presenta un alto rendimiento y éxito. Es decir, el trabajador considera que es un auténtico fraude. Y esto puede acarrear consecuencias importantes en el desarrollo de equipos.
Estas son las seis fases de la escala del síndrome del impostor:
- El ciclo del impostor
- La necesidad de ser especial o, incluso, el mejor
- Características del superhombre o supermujer
- Miedo al fracaso
- Negar las capacidades propias o restar importancia a los cumplidos
- Sentir culpa o miedo por el éxito
Este fenómeno afecta, sobre todo, a las mujeres; siendo el síndrome de la impostora el más extendido. Así lo hicieron saber ambas investigadoras en el artículo “El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámica e intervención terapéutica”. Endalia nos da pautas para prevenirlo. En ocasiones, los entornos de trabajo conflictivos pueden empeorar la situación de las personas con síndrome del impostor. Debido a que, los líderes no son conscientes ni valoran las necesidades y problemas del equipo. Desde RRHH, se pueden implementar una serie de acciones para prevenir el síndrome del impostor en la empresa. Son las siguientes:
- Desarrollo profesional
Incentivar el crecimiento laboral entre los distintos trabajadores es también un aliado contra el síndrome del impostor. Si ellos no se creen competentes, hay que confiar en ellos. Y, para ello, Recursos Humanos debe ayudarlos en su desarrollo como profesionales.
- Reconocimiento de logros
Alabar el talento y las buenas acciones ayuda en aumentar la autoestima y confianza de los trabajadores. Por eso, nunca está de más un mensaje de elogio por el trabajo bien hecho.
- Encuestas
Llevar adelante un seguimiento de todos los miembros del equipo es también muy importante. Evaluar así su estado emocional y poder detectar a tiempo algunos de los síntomas del síndrome del impostor. Cuanto antes se detecta, más rápido será darle solución.
- Cultura de inclusión
Generar un ambiente laboral donde todo tipo de personas se sientan aceptadas es muy importante. Por ejemplo, a la hora de evaluar las aptitudes de promoción. Esto también ayuda a combatir el síndrome del impostor.
- Comunicación interna
La comunicación entre los distintos miembros de un equipo es esencial en cualquier empresa. Por ello, incentivar la comunicación interna en la empresa se vuelve absolutamente fundamental; y más, si hay miembros del equipo que trabajan de manera remota. En otras palabras: que todo el mundo pueda hablar con libertad y sentirse escuchado.