Un reciente estudio de la Fundación Mutua de Propietarios ha arrojado una cifra alarmante: alrededor de 100.000 personas con movilidad reducida en nuestro país se ven confinadas en sus hogares debido a la falta de accesibilidad en sus viviendas. Según Vivofácil (antes Alares), este problema no solo limita su movilidad, sino que también plantea un serio riesgo de aislamiento y soledad para muchas personas con discapacidad en su búsqueda de una vida plena e inclusiva.
“La definición de la ONU sobre discapacidad nos recuerda que se trata de una condición que, en interacción con diversas barreras sociales, puede obstaculizar la participación plena y efectiva de las personas en la sociedad. Esto no es un asunto individual, sino un reflejo de la propia sociedad y de la necesidad de un cambio”, explica Beatriz Coleto, Coordinadora del Centro Especial de Empleo de Vivofácil.
Más riesgo de soledad en las zonas rurales
Los datos del estudio revelan que, en las zonas rurales de España, un 86% de las personas con discapacidad se enfrenta a barreras significativas que les impiden salir de sus hogares. En áreas urbanas, el porcentaje sigue siendo alto, con un 79% de personas con discapacidad que enfrentan obstáculos similares para acceder a la comunidad en su conjunto. A pesar de la existencia de normas de accesibilidad universales, cada comunidad autónoma presenta particularidades en temas como el transporte público y las infraestructuras, lo que dificulta aún más la conexión entre territorios.
Además de las limitaciones para participar plenamente en la sociedad, el 90% de las personas con discapacidad que residen en zonas rurales también se encuentran con obstáculos que dificultan su participación en actividades de ocio. Estos datos subrayan la importancia de abordar no solo la accesibilidad física, sino también la inclusión en la vida social y cultural.
Por otro lado, el informe Olivenza 2018 pone de manifiesto la fragilidad de las redes de apoyo social en este colectivo. Según el estudio, el 21,5% de las personas con discapacidad tiene relaciones de amistad precarias, en comparación con el 12,7% de las personas sin discapacidad. Esta soledad a menudo es el resultado de barreras invisibles que dificultan la construcción de relaciones y la participación en la comunidad.