El síndrome de burnout se entiende como el conjunto de signos y síntomas que se manifiestan durante un tiempo y que se caracterizan por un agotamiento emocional, la despersonalización o la insatisfacción o poca realización personal en el trabajo. Se considera una respuesta al estrés laboral crónico que presenta malestar y sentimientos negativos hacia el trabajo o hacia las personas.
- Agotamiento emocional: el estado de cansancio afectivo en el que el trabajador no puede más debido a trabajar atendiendo a personas y en condiciones no adecuadas para el trabajador.
- Despersonalización: consiste en la deshumanización y endurecimiento afectivo. Los profesionales con síndrome de burnout se vuelven insensibles y cínicos con los pacientes, clientes o usuarios que atienden.
- Poca realización profesional: sensación de descontento e insatisfacción consigo mismo y con el trabajo realizado.
El síndrome de burnout puede derivar en consecuencias para la salud de la persona que lo padece, con la aparición de consecuencias físicas como puedan ser caída del cabello, contracturas musculares, problemas dermatológicos, cardiovasculares, digestivos, intestinales, sexuales o respiratorios, puede contribuir a padecer más enfermedades como resfriados e infecciones o puede manifestar consecuencias psicológicas con problemas emocionales y psicopatológicos, afectando a la autoestima, a la salud, al bienestar y a la calidad de vida de la persona.
También puede conducir a trastornos del estado del ánimo (como la depresión) y trastornos de ansiedad, o generar adicciones como el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias psicotrópicas o estupefacientes, adicción al juego o las compras compulsivas.
Es por ello, que el síndrome de burnout debe abordarse de forma global, con técnicas en tres ámbitos complementarios: Técnicas orientadas al individuo, al grupo o colectivo/equipo y a la organización laboral.
Síndrome de Burnout, ¿Qué es y como detectarlo?
El síndrome de burnout se entiende como el conjunto de signos y síntomas que se manifiestan durante un tiempo y que se caracterizan por un agotamiento emocional, la despersonalización o la insatisfacción o poca realización personal en el trabajo. Se considera una respuesta al estrés laboral crónico que presenta malestar y sentimientos negativos hacia el trabajo o hacia las personas.
- Agotamiento emocional: el estado de cansancio afectivo en el que el trabajador no puede más debido a trabajar atendiendo a personas y en condiciones no adecuadas para el trabajador.
- Despersonalización: consiste en la deshumanización y endurecimiento afectivo. Los profesionales con síndrome de burnout se vuelven insensibles y cínicos con los pacientes, clientes o usuarios que atienden.
- Poca realización profesional: sensación de descontento e insatisfacción consigo mismo y con el trabajo realizado.
El síndrome de burnout puede derivar en consecuencias para la salud de la persona que lo padece, con la aparición de consecuencias físicas como puedan ser caída del cabello, contracturas musculares, problemas dermatológicos, cardiovasculares, digestivos, intestinales, sexuales o respiratorios, puede contribuir a padecer más enfermedades como resfriados e infecciones o puede manifestar consecuencias psicológicas con problemas emocionales y psicopatológicos, afectando a la autoestima, a la salud, al bienestar y a la calidad de vida de la persona.
También puede conducir a trastornos del estado del ánimo (como la depresión) y trastornos de ansiedad, o generar adicciones como el consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias psicotrópicas o estupefacientes, adicción al juego o las compras compulsivas.
Es por ello, que el síndrome de burnout debe abordarse de forma global, con técnicas en tres ámbitos complementarios: Técnicas orientadas al individuo, al grupo o colectivo/equipo y a la organización laboral.
A nivel individual
Se trata de mejorar los recursos de protección o de resistencia para afrontar de forma más eficiente los estresores propios de la función laboral y potenciar la percepción de control, la autoeficacia personal y la autoestima.
Desde la perspectiva cognitiva es esencial hacer frente a las cogniciones erróneas o desadaptativas, como expectativas irreales y falsas esperanzas. También pueden utilizarse técnicas de entrenamiento en relajación, de autorregulación o control, de gestión del tiempo, de mejora de habilidades sociales, etc.
A nivel grupal
Es preciso fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores, favorecer el trabajo en grupo y evitar el aislamiento. Formarles en estrategias de colaboración y cooperación grupal.
- Promover y planificar el apoyo social en el trabajo
- Se recomienda realizar grupos de apoyo para discutir la relación con el trabajo por parte de los profesionales.
- Dirigir bien y con un estilo adecuado. Formar a los gestores en ello.
- Entrenamiento en habilidades sociales
- Es preciso establecer sistemas democráticos-participativos en el trabajo.
- Consolidar la dinámica grupal para aumentar el control del trabajador sobre las demandas psicológicas del trabajo.
- Establecer trabajos de supervisión profesional (en grupo) a los trabajadores
A nivel organizacional
Realizar la identificación y evaluación de riesgos psicosociales, modificando aquellas condiciones específicas y antecedentes que promueven la aparición del SQT.
- Establecer programas de acogida que integren un trabajo de ajuste entre los objetivos de la organización y los percibidos por el individuo.
- Establecer mecanismos de feedback o retroinformación del resultado del trabajo.
- Promover el trabajo en equipo.
- Disponer de oportunidad para la formación continua y desarrollo del trabajo.
- Aumentar el grado de autonomía y control del trabajo, descentralizando la toma de decisiones.
- Disponer del análisis y la definición de los puestos de trabajo, evitando ambigüedades y conflictos de roles. Establecer objetivos claros para los profesionales.
- Establecer líneas claras de autoridad y responsabilidad.
- Definición de competencias y responsabilidades. Es esencial conseguir un diseño óptimo de las funciones y responsabilidades propias de la actividad laboral para reducir el estrés de la misma, por ejemplo, a través de formación dirigida a mejorar los recursos instrumentales en su trabajo, así como a aumentar la competencia psicosocial del profesional.
- Regular las demandas en lo referente a la carga de trabajo, adecuarla.
- Mejorar las redes de comunicación y promover la participación en la organización.
- Fomentar la colaboración y no la competitividad en la organización.
- Fomentar la flexibilidad horaria.
- Favorecer y establecer planes de promoción transparentes e informar de los mismos.
Como conclusión podemos decir, que cada vez es más frecuente la aparición de problemas de salud relacionados con este aspecto, por lo que hemos de estar muy atentos a los indicadores de salud de nuestra organización y compañeros y compañeras para poder prevenir a tiempo este tipo de enfermedades.