El mundo laboral está experimentando una transformación radical, y el empleo del futuro se vislumbra muy diferente al que conocíamos hasta hace poco. La pandemia aceleró la adopción de tendencias que ya estaban en marcha como el teletrabajo, pero que no estaban implantadas en todas las empresas. Estos cambios no solo son inevitables, sino que también ofrecen oportunidades significativas para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los empleados.
Víctor Hoyos, director de operaciones de SAFTI España, red de asesores inmobiliarios independientes, indica, «en diferentes encuestas de clima laboral, que se han realizado en nuestra organización, reflejan que las acciones que tienen mayor aceptación son aquellas que promueven el equilibrio entre la vida personal y profesional, valoran el reconocimiento e invierten en la innovación y tecnología, lo que mejora y facilita la actividad de los empleados haciendo que el trabajo ilusione».
En este sentido, uno de los pilares fundamentales del empleo del futuro es la flexibilidad. Las estructuras laborales rígidas están siendo reemplazadas por modelos, que permiten a los empleados adaptar sus horarios y lugares de trabajo a sus necesidades. Esto no solo les beneficia al permitirles conciliar mejor su vida laboral y personal, sino que también aumenta su productividad y satisfacción en el trabajo. Las empresas que adoptan esta mentalidad están descubriendo que pueden atraer y retener talento de manera más efectiva.
Por otro lado, el teletrabajo se ha convertido en una parte integral de la vida laboral moderna. La tecnología ha permitido que las personas trabajen desde cualquier lugar, con una conexión a Internet, lo que ha desafiado la noción tradicional de oficina. Esto ha traído consigo un ahorro significativo en tiempo y dinero en desplazamientos, así como una mayor autonomía para los trabajadores.
En cuanto al trabajo por objetivos o proyecto, se trata de un método cada vez más utilizado de forma individualizada o por equipos, que permite que el empleado se organice de la forma más conveniente y sea dueño de su propio tiempo, estimulando la creatividad y aumentando el compromiso.
El empleo del futuro no solo se trata de tecnología y flexibilidad, sino también de la formación continua. La capacidad de aprender y adaptarse constantemente es esencial para mantenerse relevante en un mercado laboral en constante evolución. Las habilidades blandas, como la resolución de problemas, la comunicación y la creatividad, cobrarán aún más importancia.
«Todas estas tendencias ofrecen beneficios significativos, pero también plantean desafíos importantes. La sociedad, las empresas y los gobiernos deben trabajar juntos, para asegurar que estos cambios se implementen de manera equitativa y que se brinde apoyo a los trabajadores en su búsqueda de una vida laboral más satisfactoria y enriquecedora», concluye Víctor Hoyos.