La inteligencia artificial (IA) está cambiando el trabajo tal como lo conocemos, simplificando tareas y procesos, pero además absorbiendo tareas y responsabilidades que suponen una verdadera transformación. De hecho, el 42% de las tareas que realizamos a diario se automatizarán de aquí a 2027, según el Foro Económico Mundial (WEF). La IA será la tecnología que más trabajos desplace en los próximos 5 años, aunque los datos también señalan que el 50% de las empresas espera que la IA provoque un crecimiento del empleo, generando nuevos roles y tareas.
Para hacer frente a esta reinvención laboral, las organizaciones necesitarán profesionales que además de adaptarse a las nuevas habilidades técnicas, desarrollen soft skills capaces de aportar valor a la empresa. Las “habilidades blandas” no solo son transversales a cualquier puesto y sección, también atemporales y responsables en un 85% del éxito laboral, como señala un informe de la Universidad de Harvard junto a la de Stanford.
La tecnología emergente obliga a las empresas a contar con un talento adecuado en tiempo récord, ya que la IA acelera a los próximos tres años el plazo en que los empleados deberán reciclarse y adquirir nuevas habilidades, en datos de Linkedin Learning. No obstante, dado el escenario, los profesionales deberán seguir siendo capaces de aplicar soft skills como el liderazgo, la creatividad o la inteligencia emocional, funciones que no se pueden replicar.
Según el Workplace Learning Report de LinkedIn Learning, las soft skills más demandadas en 2023 son las que dependen de la interacción humana y de la adaptabilidad al entorno VUCA actual: la comunicación, el pensamiento crítico, las habilidades digitales y la gestión del tiempo. En este contexto, isEazy ha publicado el whitepaper “Desarrolla las soft skills de tu equipo en la era de la IA” para identificar y trabajar las habilidades más populares dentro de un equipo multigeneracional. También propone formatos de aprendizaje modernos y atractivos y aborda qué es la brecha de soft skills y cómo cerrarla.
La brecha de habilidades o skills gap supone un verdadero reto en la formación corporativa al ser cada vez más pronunciada entre las expectativas de las empresas y las habilidades de los profesionales. Según las encuestas de McKinsey, es una prioridad para las organizaciones con más de $100 millones de ingresos donde el 82% de los directivos creen que el reciclaje en habilidades es la mejor solución. Mientras, solo el 26% de los empleados aseguran haber sido impulsados por su empresa para desarrollar una nueva habilidad.
Para salvar este desnivel, es clave establecer estrategias de aprendizaje continuo que tengan en cuenta las nuevas formas de consumir contenidos de la sociedad moderna. Cuestiones como el acceso inmediato, en cualquier momento o lugar, a un interminable catálogo de contenidos con diferentes formatos en vídeo, podcast, juegos… garantizan la eficacia de la formación. Así funciona isEazy Skills, un catálogo con más de 540 cursos de soft skills y competencias digitales en 8 áreas presentes en cualquier organización. Desde sostenibilidad hasta liderazgo y salud mental, cada curso está diseñado utilizando una metodología 100% práctica y recursos interactivos que fomentan al máximo el engagement y la completitud de la formación.