En un mercado laboral en constante evolución, la reciente introspección causada por la pandemia ha estimulado una transformación en la perspectiva de los trabajadores: aspectos como dar un giro audaz hasta la reinvención o la búsqueda de nuevos horizontes profesionales se erigen como una respuesta a las dinámicas de nuestro tiempo. En ese sentido, la Guía del Mercado Laboral de 2023 de HAYS constata que el 16% de los profesionales planean cambiar drásticamente de empleo y transitar hacia una nueva carrera profesional totalmente distinta y en una nueva empresa. Asimismo, los principales motivos por los que los trabajadores quieren dejar su actual empleo son, según la misma guía, la falta de desarrollo profesional (42%) y los salarios bajos (34%).
Raquel Valero, Executive Search Senior Associate en HAYS España, explica que nos encontramos en un momento cambiante en el que “personas que hasta ahora hacían una función, se dedicaban a una profesión o llevan tiempo estudiando algo que pensaban que era la carrera de su vida, se dan cuenta de que pueden hacer algo más”. En ese sentido, la experta matiza que eso conlleva un proceso; “se trata de un camino de migración, de investigación del por qué, de formación, de análisis… es totalmente factible, pero siempre sin dejar de aprovechar el pasado profesional y el expertise de cada uno”.
Asimismo, la Guía HAYS del mercado laboral también pone de manifiesto que el 63% de los profesionales está buscando un cambio de empleo de forma activa. Según Valero, existe un equilibrio, pues precisa que a la misma vez “el 79% de las empresas también están dispuestas a contratar durante este año, así que tenemos por un lado a los trabajadores que quieren cambiar de empresa y a las compañías que buscan contratar nuevos talentos”.
A excepción del salario, los motivos más relevantes que llevan a los profesionales a considerar un nuevo puesto de trabajo son: la conciliación entre el trabajo y la vida personal (63%), el desarrollo profesional (46%) y el ambiente laboral (42%), según la Guía de HAYS.
La experta atestigua que, además, si nos remontamos al informe de HAYS de 2020, anterior a la pandemia, “los aspectos principales eran el salario, el desarrollo de carrera y la cultura corporativa”. Así, Valero acentúa que “no se hablaba de ambiente laboral, ni de vida personal ni conciliación. Importaban aspectos más vinculados con el crecimiento y el éxito, pero tras la pandemia, observamos un vuelco significativo que da un valor diferencial al bienestar de la persona, tanto en lo personal como en lo corporativo, pues el fin último de la persona es ser feliz y la pandemia conllevó una reflexión al respecto que hizo que los profesionales se plantearan lo que hacían en su día a día, las prioridades que tenían, el puesto que ocupaban o el legado que iban a dejar”.
Con respecto a ello, la experta de HAYS destaca que “si tenemos presente la pirámide de Maslow, es decir, la teoría que jerarquiza las necesidades humanas, vemos que lo primero que hay que cubrir son las necesidades básicas, por lo que, si el salario no cubre lo requerido para vivir, el empleado buscará otras opciones. El siguiente paso es el desarrollo, que conecta con el bienestar, y ahí es donde, en el caso del desarrollo profesional, se tienen en cuenta factores como el encajar en un equipo, el sentirse considerado e incluido y el hecho de ver que el trabajador crece en su empresa”. Estos últimos factores, tal y como analiza Valero, se vuelven fundamentales a la hora de tomar la decisión de cambiar de rumbo profesional.
Bien describe la experta que todo este proceso aparece normalmente tras un periodo de reflexión y, por ello, son los meses posteriores a las etapas vacacionales —septiembre, enero o al concluir la Semana Santa— donde las compañías pueden encontrar picos de profesionales que buscan un cambio. De forma afín, Valero dilucida que estos momentos para pensar son igualmente necesarios, ya que permiten hacer un balance de la dirección de la carrera profesional del individuo. Para concluir, la Valero enlaza esta consideración con lo que denomina “práctica de la felicidad”, pues “en vista de que los individuos destinan un tercio de su vida al trabajo —a la par que un tercio a dormir, y un tercio al ocio y la vida personal—, resulta esencial y altamente recomendable buscar una dinámica laboral que se entrelace de manera congruente con la búsqueda de autorrealización y la satisfacción personal”.