Tras un verano marcado por la crisis de los cayucos procedentes de Senegal y por el debate sobre el derecho a voto de la población inmigrante, Convergència i Unió (CiU) ha propuesto, en caso de llegar al Gobierno de la Generalitat, que los inmigrantes contratados en origen sigan un curso formativo de 30 horas sobre la lengua y la cultura catalanas.Ésta es una de las proposiciones más llamativas del programa electoral de CiU -el primero que diseña desde la oposición en 23 años-, aprobado ayer en el consejo nacional de la federación nacionalista. A escasas semanas de que arranque la campaña electoral catalana hacia las elecciones autonómicas del 1 de noviembre, CiU manifestó su voluntad de afrontar el "reto" de la inmigración con firmeza y "sin complejos", como apuntó su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida. Precisamente hace una semana, el también portavoz de los nacionalistas conservadores en el Congreso lanzó unas polémicas declaraciones en las que consideraba "fundamental" que los inmigrantes supieran qué es la Pascua y la Diada del Onze de Septembre para poder ejercer el voto en los comicios municipales.
La federación nacionalista quiere instituir un pacto de derechos y deberes del inmigrante, que supondría la aceptación por su parte de compromisos de "respeto e integración". CiU propugna de manera inflexible la "expulsión" de los inmigrantes en situación irregular a sus países y, para controlar la entrada de extranjeros, plantea la apertura de oficinas de contratación de inmigrantes en origen.
Con el fin de regular la inmigración, la federación nacionalista se compromete a crear por ley una Agencia que gestione los permisos de trabajo de los inmigrantes contratados en origen, y un cuerpo especial dentro de la Inspección de Trabajo para combatir la economía sumergida. La declaración de intenciones de CiU incluye promover la incorporación de los inmigrantes en el tejido asociacionista, además de combatir la masificación de inmigrantes en las zonas más desfavorecidas.
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