La explotación infantil laboral en Asia está disminuyendo aunque, lamentablemente, a un ritmo menor del esperado por lo que el número de menores que continúan trabajando es muy elevado, según informa la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
A pesar de que se ha experimentado un descenso de 5 millones de casos desde 2000, se calcula que todavía existen 122 millones de niños trabajando en Asia, lo que supone un 64 % de la población infantil mundial.
Aunque las causas del trabajo infantil son muy complejas, las Naciones Unidas afirman que hay demasiadas familias que no pueden afrontar gastos escolares como el transporte o los uniformes, por lo que mandan a sus hijos a trabajar al campo o a las fábricas.
Así, el trabajo infantil fue uno de los temas sobre los que ha versado la primera conferencia de las Naciones Unidas en Asia, desde hace cinco años. Bajo el lema 'Realizando un trabajo decente', los representantes gubernamentales de 40 países, así como diferentes trabajadores y empresas, se reunieron la semana pasada para discutir sobre problemáticas como el empleo y los jovenes, la migración, la globalización, la competitividad y la productividad.
Afganistan, India, Pakistan, Bangladesh o Sri Lanka son algunos de los países en los que se registra un mayor número de casos de explotación infantil, aunque sin duda, ningún otro país se ve tan afectado como Nepal, donde sólo en 2004 un 40% de la población, de entre 10 y 14 años, trabajaba.
Por otro lado, en Filipinas, país que posee un plan nacional de choque, se siguen dando casos de explotación infantil en sectores como la producción de fuegos artificiales, la pesca marina o la minería.
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