El desempleo en EEUU cayó al 4,7 por ciento en agosto con la creación de 128.000 puestos de trabajo, una cifra considerada moderada, informó el Departamento de Trabajo.
La tasa de desempleo se redujo en una décima con respecto al mes anterior, cuando inesperadamente subió 0,2 puntos porcentuales.
A pesar del aumento en las plantillas, el informe apunta a una economía con un crecimiento estable, pues los 128.000 nuevos empleos son más o menos los necesarios para absorber el incremento mensual de la población en edad laboral de EEUU.
Otros datos divulgados hoy por el Departamento de Trabajo apuntan a una debilidad en la actividad económica.
La remuneración media por hora de los trabajadores subió tan sólo un 0,1 por ciento en agosto (dos centavos), hasta 16,79 dólares, mientras que los analistas habían previsto un alza del 0,3 por ciento.
Además, el número medio de tiempo trabajado por semana cayó levemente, hasta las 33,8 horas, lo que constituye una señal de menor actividad productiva.
A estas cifras se añadió un informe decepcionante de la construcción hecho público también hoy por el Departamento de Comercio, que anunció una caída en julio del 1,2 por ciento en los gastos en ese sector respecto a junio.
Ese número supone la mayor bajada desde 2001 y ha sorprendido a Wall Street, que preveía que el grado de actividad se mantuviera sin cambios ese mes.
El lastre del sector fue una reducción del 2 por ciento en la construcción de residencias privadas, en un momento en que las hipotecas están en sus niveles más altos en tres años como consecuencia del ciclo de ajustes monetarios iniciado por la Reserva Federal (Fed) en junio de 2004.
Los expertos prevén que la ralentización inmobiliaria continuará.
Ken Simonsen, economista jefe de la Asociación de Constructores de EEUU, auguró una 'caída drástica en la construcción de casas unifamiliares y apartamentos', aunque espera que el sector disfrutará del alivio de más actividad en los edificios comerciales.
La colección de datos de debilidad divulgados hoy hace más probable que la Reserva Federal no cambie las tasas de interés en su reunión del 20 de septiembre, como tampoco hizo en agosto.
Los mercados de futuros tan sólo recogen en un 10 por ciento la posibilidad de que el Comité del Mercado Abierto del banco central de EEUU encarezca el dinero en su próximo encuentro.
Si la mayoría de los analistas tiene razón, se tratará de la segunda pausa en su campaña de reducción de la cantidad de dólares en circulación, que ha llevado la tasa de interés de referencia del nivel extraordinariamente bajo del 1 por ciento en junio de 2004 al 5,25 por ciento actual.
Que la Fed no varíe los intereses es algo que agrada a las compañías y, por ende, a Wall Street. Los mercados acogieron bien el informe de desempleo, especialmente por el débil crecimiento en la remuneración de los trabajadores, que es un indicador de inflación en el que se fija en particular el banco central.
A media sesión el Indice Dow Jones había subido 71 puntos hasta 11.452, su máxima cota desde el 16 de mayo.
El optimismo entre los corredores de bolsa también se debió a un aumento mayor que el esperado en el índice de confianza de los consumidores elaborado por la Universidad de Michigan.
Asimismo, el índice de actividad manufacturera elaborado por el Instituto de Gestión de Suministros, otro dato divulgado hoy, apuntó a una continuación de la expansión de ese sector en agosto, aunque a un ritmo algo menor que en julio.
El índice cayó en dos décimas, hasta 54,5 puntos, pero un resultado por encima de 50 denota un aumento de la actividad.
En su informe sobre el empleo, el Departamento de Trabajo también revisó sus datos de junio y julio, cuando se crearon 18.000 puestos más que los que había calculado inicialmente.
Esta adición no modifica la imagen de un mercado laboral menos activo que a principios de año. En los últimos cuatro meses se han creado 117.000 empleos de media, comparados con los 176.000 del primer trimestre.
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