Numerosos estudios han determinado el vínculo entre la extrema pobreza y la mala salud, pero un nuevo estudio dirigido por un grupo de investigación de salud pública de la Universidad de Berkley, California, ha encontrado que las disparidades existen incluso entre los que tienen ingresos más altos. En este sentido, Meredith Minkler, profesor de salud y comportamiento social, señalaló que lo "inusual" es que personas de clase media todavía estén en desventaja si se les compara con los que tienen ingresos ligeramente más altos.
Para realizar el estudio se dividieron los ingresos de cada casa en nueve niveles, desde menos del 100% de la línea de la pobreza al 700% por encima. En el año 2000, el umbral de pobreza para una persona que vivía sola mayor de 65 años era de 8.259 dólares por año, 17.761 para una casa de cuatro personas.
Los investigadores encontraron notables diferencias entre los índices de limitaciones incluso entre aquellos en los niveles de ingresos más elevados. Entre aquellos que tenían entre 55 y 64 años, el 600-699 por ciento de la línea de la pobreza ha elevado la posibilidad de tener una discapacidad comparada con aquellos de renta más alta. Por ejemplo, una mujer de entre 55-64 años en la categoría 600-699 por ciento tiene 16% más posibilidades de tener una discapacidad que una mujer en el nivel del 700%.
El equipo de investigación estudió los datos de 335.000 encuestados de más de 55 años y comparó los niveles de pobreza con el índice de limitación funcional, definido por las duraderas condiciones que sustancialmente están limitadas a una o más actividades físicas básicas, como andar o levantarse. Las diferencias más grandes se encontraron entre los encuestados más jóvenes (55-64 años).
Entre las posibles explicaciones, los autores apuntaron que la clase alta tiene menos niveles de fumadores e incluso menos estrés, mejor acceso a la cobertura médica, entornos más saludables y vecindarios más seguros que animan a pasear. Por último, los investigadores señalaron que mientras que los índices de discapacidad están descendiendo lentamente, el proceso de envejecimiento de la generación del ‘baby boom’ puede significar un incremento en el número de discapacitados.
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