La falta de acuerdo en la OMC supone para Europa una pérdida del 0,3% del PIB, lo cual equivale a casi 28.000 millones de euros, además de un descenso del 2,5% de las exportaciones, que representa otros 91.000 millones, y la eliminación de unos 400.000 puestos de trabajo.
Nadie lo dice con todas las letras, pero el fracaso de las negociaciones de la ronda de Doha en la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha abierto una época de incertidumbre en la economía mundial. Tampoco nadie se atreve a señalar a los culpables, pero hablando de los subsidios agrícolas, las acusaciones apuntan a la intransigencia de Estados Unidos.
El director del departamento de relaciones internacionales de la patronal europea Unice, Adrian van den Hoven, manifestó a este periódico que «la Unión Europea ya ha aceptado aumentar sus compromisos en liberalización de la agricultura». En ese sentido, añadió que «les corresponde a otros seguir el ejemplo». Asimismo, señaló que Europa ha aceptado eliminar los subsidios a la exportación y reducir sustancialmente los correspondientes a la producción. Por tanto, precisó que si otros pudieran hacer lo mismo, «sería un verdadero progreso para todos».
Sobre los efectos inmediatos del fracaso de las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio, el director del departamento de relaciones internacionales de la patronal europea Unice manifestó que las cifras son claras. Según su cálculos, la falta de acuerdo en la OMC supone para Europa una pérdida del 0,3% del PIB, lo cual equivale a casi 28.000 millones de euros, además de un descenso del 2,5% de las exportaciones -que representa otros 91.000 millones- y la eliminación de unos 400.000 puestos de trabajo.
Adrian van den Hoven puntualizó que sin el ansiado acuerdo, Europa está en una situación de clara desventaja, con tarifas aduaneras del 4%, en comparación con el 9% en China, del 30% en Brasil o del 35% en la India.
Respecto a las posibilidades de superar la actual situación, apunta que existen tres escenarios posibles. A corto plazo, si los republicanos ganan las elecciones en Estados Unidos, puede haber una «ventana de oportunidad» para que se puedan reanudar las negociaciones en enero. A medio plazo, la situación sería esperar dos o tres años hasta ver las consecuencias del cambio de Gobierno en EE.UU. y que cambie también la atmósfera en Europa. En este escenario se buscarían entre tanto alianzas con los países emergentes, como India y Brasil. «En caso de que tengamos que renunciar definitivamente al acuerdo -añade Van den Hoven-, sería un fracaso total y habría que intentar salvar lo que se pueda del mecanismo multilateral de la OMC, como el sistema de arbitraje o los acuerdos sobre fórmulas de facilitación de los intercambios comerciales».
En su opinión, Europa no se puede quedar parada, y está obligada a buscar acuerdos bilaterales, sobre todo con las grandes economías. A corto plazo, el primer objetivo sería con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean). Van den Hoven indicó que también tiene mucho interés un acuerdo de Europa con Rusia, hacia donde nuestras exportaciones crecen un 20% anual. «Puede que también con Mercosur, aunque las dificultades políticas que se prevén (con la llegada de Venezuela) pueden llevarnos a preferir la negociación país con país y, en ese caso, el que más nos interesa es Brasil», manifestó.
Con respecto a Estados Unidos, señaló que establecer un área de libre comercio es una posibilidad muy atractiva, sobre todo para el sector servicios. Con China o la India, estima que tal vez serían opciones demasiado sensibles, pero son mercados que no se pueden ignorar. Y con África, el problema es que sólo hay unos pocos países que empiezan a levantar cabeza, además de Suráfrica, puntualizó. «Hay mercados muy fragmentados y demasiados riesgos, pero creemos que en el caso de Europa el principio de aranceles al 0% se puede salvar y tal vez también lo hagan Estados Unidos y Japón», añadió. Por lo que se refiere a China, Van den Hoven dice que se seguirá desarrollando y que Europa necesita llegar a acuerdos con ese país en materia de energía y de medio ambiente.
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