El 60% de los trabajadores brasileños trabaja en la economía informal, que produce cada año unos 280.000 millones de reales (121.727 millones de dólares), de acuerdo a un informe oficial publicado este domingo por el diario O Globo
Esa cifra, según un estudio del Instituto Brasileño de Geografía e Estadísticas (IBGE), es superior al Producto Interno Bruto (PIB) de varios países, como Colombia y Egipto, y se ha convertido en un desafío para el desarrollo de la nación.
Esa riqueza no figura en las estadísticas y es producida por unos 48 millones de trabajadores que no están amparados por ninguna de las leyes laborales y sociales.
«Este es el país del fútbol y la informalidad», declaró a O Globo el economista Marcelo Neri, jefe del Centro de Políticas Sociales de la Fundación Getúlio Vargas.
Según el IBGE, los sectores que emplean más trabajadores al margen de la ley son el del textil y el del transporte.
Analistas del sector privado citados por el diario consideraron incluso que los cálculos del IBGE pueden ser «conservadores».
«Hay cadenas productivas enteras que no son contabilizadas», dijo el consultor de empresas Ricardo Neves.
Uno de las bolsas de la informalidad está en el sector de pequeñas y medianas empresas, en el que se calcula que existen alrededor de 10 millones de compañías no registradas.
Según portavoces de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), una de las razones de la informalidad está en las enormes dificultades burocráticas y los elevados costes que supone la creación de una empresa en Brasil, así como una altísima carga tributaria.
«Las condiciones son extremadamente difíciles para nacer, sobrevivir y crecer», declaró Everardo Maciel, presidente del Consejo de Micro y Pequeñas Empresas de la CNI.
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